Benjamín David, un alemán cansado del tráfico para llegar a su trabajo, ideó una alternativa, que además lo mantiene en forma, tiene que nadar todos los días dos kilómetros sobre el río Isar.
Una mañana decidió poner su ordenador, ropa y zapatos en una bolsa impermeable y se lanzó a al río para nadar hasta su trabajo. Dependiendo de la temporada y temperatura del agua utiliza un bañador o un traje de neopreno.
La manera en que se traslada a su trabajo ha llamado la atención de sus vecinos y de algunos transeúntes.