La nariz de Alfonso Díez

No ha sido un cambio puramente estético puesto que no se ha limado el caballete ni tampoco un problema de ronquidos. El motivo por el que el novio de la duquesa de Alba, el funcionario Alfonso Diez, se ha sometido a una operación de nariz es para volver a ponerla en su sitio tras el galletazo que se dio años atrás cuando se lanzo a una piscina en Tarifa y se dio con la piedra. Desde entonces su apéndice nasal había ido desviándose hacia un lado y a pesar de que le recomendaron varias veces que lo suyo tenía arreglo, por pereza y prudencia ante el quirófano fue dejando que pasaran los años y que la cosa fuera a más hasta hace pocas semanas cuando, animado por la mismísima Cayetana Fitz James, decidió recolocar su nariz y dejarla en su sitio. El asunto ha traído de narices al propio Diez quien ha tenido que escuchar como le acusaban de excusaras de su puesto de trabajo mas tiempo del legal o como incluso auguraban algunos que ya se había
prejubilado. Pues nada de nada. Como cualquier otro trabajador, se pidió unos días de baja para someterse a esa intervención y unos días de asuntos propios (lo que se conoce como “mocosos”) para estar tres días en Sevilla y poder disfrutar de la fiesta privada que las hermanas Cobo ofrecieron a Placido Domingo por su 70 cumpleaños e incluso gritar emocionado los tres goles que supieron a soles que el Betis le metió al Barcelona en el campo sevillano. “Nunca había estado en una fiesta tan bonita como la de Placido, fue impresionante. Hubo un momento muy especial cuando Ainhoa Arteta, Mariola Cantarero e Israel Lozano cantaron juntos y los tuvimos al lado, como en las películas del XIX cuando se hacían esas actuaciones en el salón de las casas”, cuenta. Terminadas las vacaciones Diez se incorporo al trabajo y allí habrá podido leer los piropos que Fernando Martinez de Irujo le dedica cuando le confiesa a mi compañero Carlos Perez Gimeno que
Alfonso “es una mala persona” y solo espera que deje en paz a su madre. Pues lo tiene crudo.