Cada uno entró por su puerta y dentro de la plaza ya fue imposible que coincidieran. Por eso se dolían los fotógrafos que cada tarde acuden a Las Ventas para conseguir imágenes de los aficionados más famosos de la Feria de San Isidro.
Doña Elena acudió con todo el protocolo de bienvenida. Lució una chaqueta blanca y un anchísimo pantalón estampado que estoy segura su ex marido Jaime Marichalar no habría aprobado. Para atreverse con la moda hay que saber mucho y arriesgar con tino. Marichalar lo hacía con ella convirtiéndola en la más elegante del panorama español. Así fue durante el tiempo que estuvieron casados.
Hoy la Infanta ha vuelto a su look más informal de antaño y casi mejor que no lo abandone puesto que los excesos en la vestimenta, salvo perfectamente coordinados y acertados, suelen dar más disgustos que elogios. Como el dichoso pantalón de esa tarde. Su ex marido también estuvo en la plaza pero vio los toros desde la barrera.
Lo dicho: una pena de foto que hubiera sido portada de revistas.