Hoy volvemos al Museo del Prado para hablar del Renacimiento alemán con Raquel Sáez, consultora de arte, y, más precisamente, de la trayectoria de Alberto Durero. Sobre el artista, ella nos cuenta:
Nació en 1471 en Núremberg, una de las ciudades más grandes y de mayor poder del Sacro Imperio Romano Germánico, centro del humanismo y renacimiento alemán. Y fue el mayor representante de la pintura renacentista en el Norte de Europa. Será el prototipo de hombre humanista pintor, grabador y un gran teórico del arte.
Durero llega al más alto grado posible de sofisticación en la Alemania de su época. Es más un gentiluomo que un artesano. reclama su posición como artista, una forma de elevar y situar la pintura entre las artes liberales.
Durero retrata en un dibujo a Erasmo de Roterdam durante su viaje a Países Bajos (1520-21). Hoy el retrato se encuentra en la Universidad Complutense de Madrid. Pocos después Erasmo pide a Pirckheimer que le convenza para que grabara su retrato. Erasmo de Roterdam le definía como el Apeles de la época. Al fondo encontramos escrito “Una mejor imagen darán sus escritos”. Sin duda, estas palabras demuestran la admiración del artista.
Sus obras maestras son su Autorretrato hecho en 1500 y que hoy está en la Alta Pinakotec: Mano y ojo son los símbolos de su profesión, la pintura, y al representarse él mismo como figura sagrada se equipara a un Ecce Homo. Y Adán y Eva, actualmente en el Museo del Prado. Es el estudio por alcanzar la perfección ideal del cuerpo humano, el asunto bíblico es un simple pretexto. Durero demuestra un conocimiento del desnudo clásico.
Sin duda, Alberto Durero fue el más importante artista europeo de su tiempo fuera de Italia, y con el único parangonable, por sus preocupaciones y actividades, con Leonardo da Vinci. Durero escribió cuatro libros acerca de la proporción humana (1528), Instrucciones sobre la manera de medir con el compás y la escuadra en las líneas, los planos y los cuerpos sólidos(1525) o La teoría de la fortificación de las ciudades, los castillos y los burgos (1528).
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