Como ya es conocido por todos, el Departamento de Deporte Escolar y Valores de Escuelas Católicas de Madrid sigue trabajando para que el curso 20-21 suponga una reanudación de la competición deportiva por todo lo alto. Por ello, con la cuenta atrás hasta esa primera jornada ya en marcha, hoy os traemos nuestra particular cuenta atrás, desde diez hasta cero, para seguir aprendiendo cuáles son las claves de nuestra competición. Al igual que lo hicimos de la A hasta la Z, hoy toca dejarle el protagonismo a las matemáticas.
Diez. A principios de la temporada se dieron a conocer los decálogos elaborados en colaboración con el programa ‘Juega Limpio’ de Anaya, unos listados de diez claves para un comportamiento ejemplar, dedicados a jugadores, entrenadores, coordinadores, padres y, como novedad en el curso 19-20, a árbitros. Su cumplimiento, basado en valores como la sencillez, el respeto, la empatía, la educación y el juego limpio, ha tenido sus frutos, dando lugar a una de las temporada con menos incidencias de la historia.
Nueve. Relacionado con el punto anterior, el artículo 9 de la normativa general de los XXXI Juegos Deportivos de ECM expresa otra de las novedades que se han puesto en marcha durante este curso. Consiste en que ante un comportamiento del público inadecuado, como pueden ser insultos, amenazas o manifestaciones racistas o sexistas, el árbitro deberá interrumpir el partido dos minutos a modo de aviso, antes de suspender definitivamente el encuentro si estas actitudes persisten. Una medida que sirve para concienciar y por supuesto para prevenir.
Ocho. Ocho son las categorías que componen los Juegos Deportivos de ECM. Siete son las van desde prebenjamín a sénior (prebenjamín, benjamín, alevín, infantil, cadete, juvenil y sénior), además de la categoría única femenina que se está llevando a cabo durante varias temporadas en fútbol sala. Esta categoría “especial” comprende desde infantiles a juveniles, haciendo posible la competición y permitiendo a las jugadoras un crecimiento muy notable, así como dota de un carisma único a la competición.
Siete. Siete han sido las jornadas que el coronavirus ha impedido disputar de los Juegos Deportivos de ECM. La 12ª jornada fue la última que se pudo jugar, allá por el mes de marzo, antes del obligado parón por la pandemia, y de los siguientes pasos que se fueron dando, primero como aplazamientos temporales y después como suspensión definitiva. La resolución, que fue consensuada y adelantada a otras entidades, supuso una tristeza enorme por no poder culminar las diferentes ligas en la cancha, pero es la decisión más lógica.
Seis. Los miembros que hacen posible la disputa de los Juegos Deportivos de ECM cada año los podríamos dividir en seis grandes grupos. Los deportistas son la base, el epicentro de la competición. Los delegados y entrenadores dirigen los grupos de chicos y chicas para transmitirles la pasión por el deporte. Los coordinadores gestionan la realidad deportiva de cada colegio para que todo marche a la perfección. Los árbitros educan y permiten que la competición se lleve a cabo con justicia. Los informadores complementan la labor arbitral, permitiendo a este estamento crecer y progresar. Las familias se implican en todos los aspectos de la educación de los hijos, incluido el deporte.
Cinco. El cinco es un número muy ligado al deporte escolar, ya que cinco son los jugadores que hay en cancha tanto en fútbol sala como en baloncesto. En voleibol son cuatro en minivóley y seis en las categorías grandes, aunque el cinco tiene relevancia ya que los encuentros de la fase por el título se disputan al mejor de cinco sets, pudiendo concluir con los resultados de 3-0, 3-1 y 3-2. En este último caso, si se llega al quinto set, las emociones a pie de pista son muy intensas.
Cuatro. Aunque son tres los deportes que componen los Juegos Deportivos de ECM, que evidentemente son fútbol sala, baloncesto y voleibol, hay un cuarto deporte protagonista cada año. Se trata del judo, ya que ECM y la Federación Madrileña de Judo organizan un campeonato cada año en la sede de la Federación, en Villaviciosa de Odón. Este año se rozó el millar de participantes, batiendo todos los registros anteriores.
Tres. El tres es un número especialmente ligado al deporte, ya que son tres los deportistas que suben al podio a recoger medalla tras su competición. En los Juegos ECM sucede exactamente lo mismo, ya que aunque ganar no es lo primordial, se premia el esfuerzo de los tres primeros clasificados de cada categoría, con trofeos, medallas y una foto de recuerdo sobre el podio en la jornada de clausura.
Dos. Como es tradición desde hace bastantes temporadas, el acuerdo entre McYadra y ECM permite a los clubes disponer de una equipación reversible, con dos colores, uno más claro y otro más oscuro, para poder disputar sus partidos a lo largo de la temporada. La temporada 20-21, como ya hemos anunciado, serán de color blanco y rojo.
Uno. Y aunque hemos hablado de los tres premios que se otorgan a los tres primeros de cada deporte, hay un premio que es especial, que va galardonado con el trofeo más grande cada año. Se trata del premio Fair Play, que distingue aquellas conductas merecedoras de ser reconocidas como tales. Este año, de manera excepcional por las circunstancias, McYadra ha premiado por partida doble gracias al #FairPlayChallenge.
Cero. Como curiosidad, en el cero encontramos el porcentaje de ausencias arbitrales logradas durante lo que se disputó de la temporada 19-20. El buen hacer de la organización y el compromiso del colectivo arbitral permitió que ningún partido se quedase sin disputar por la ausencia de árbitro. Otra muestra más del compromiso global que caracteriza a la competición.
Iván Hernández
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