Eduardo Redondo.
El esfuerzo, la superación personal y colectiva, la perseverancia, la igualdad, el respeto al rival, la deportividad, la solidaridad, el compañerismo, el éxito, la honestidad o la disciplina son algunos de los valores que transmite la práctica deportiva. Todos estos, y algunos más, se engloban dentro de la bandera de los Juegos Deportivos que cada temporada, desde hace XXXVI ediciones, organiza Escuelas Católicas de Madrid con su departamento de Deporte Escolar y Valores como máximo responsable.
Este ideario, o similar, debería imperar en la mayoría de los clubes deportivos a nivel profesional. Situaciones como la vivida hace pocos días en el estadio Civitas Metropolitano, en el partido que enfrentó al Atlético de Madrid y al Real Madrid, no deberían tener cabida en el deporte y se alejan totalmente de la idea de competición que promueve ECM. Por este motivo, y para evitar posibles actos similares o que se acerquen a lo ocurrido en el estadio rojiblanco, el departamento de Deporte Escolar y Valores tiene creado un protocolo antiviolencia que se puso en marcha hace algunas temporadas.
Dicho documento dice que ante un comportamiento inadecuado por parte del público el árbitro procederá de la siguiente manera:
En primer lugar, procederá a avisar a los delegados de ambos equipos para que medien ante sus aficiones a fin de que cesen en su actitud incorrecta (insultos, manifestaciones racistas y/o sexistas y amenazas).
El segundo paso, en caso de persistir estas actitudes, el árbitro procederá a la interrupción del encuentro durante dos minutos para avisar de que la siguiente ocasión supondrá la suspensión del encuentro.
Esto fue lo que ocurrió en el partido de primera división. El colegiado Mateo Busquets Ferrer (Palma de Mallorca, 31-10-1993), en su primer año en la máxima categoría, mandó a los jugadores al túnel de vestuarios durante 10 minutos para calmar las protestas del Fondo Sur del Metropolitano.
En ECM, el tercer paso si persisten las incidencias será que el árbitro proceda a la suspensión del encuentro conforme a las reglas y a remitir un informe ampliado para que el Comité de Competición disponga al respecto sobre la reanudación del partido, la consolidación del resultado en el momento o la sanción con pérdida del partido al equipo o equipos causantes de la suspensión.
En la liga de ECM, por fortuna, no se suelen vivir este tipo de comportamientos por parte de las aficiones que en su mayoría suelen ser familiares de los jugadores, pero la organización decidió crear este epígrafe en su Normativa General para prevenir ciertas situaciones que sí que se han dado en alguna ocasión.
PÉRDIDA DEL ENCUENTRO POR LA EXPULSIÓN DEL DELEGADO
Otra medida disciplinaria, exclusiva de la competición de ECM, dice que “cuando en el transcurso de un encuentro, algún delegado sea expulsado en futsal o descalificado en baloncesto o voleibol, se sancionará a su equipo con la pérdida del encuentro por el resultado de: Baloncesto (50-0), Futsal (10-0) y Voleibol (3-0). Si el equipo del delegado expulsado/descalificado fuese vencido, se mantendrá el resultado, siempre que la diferencia de puntos o goles sea superior a los resultados enumerados anteriormente”.
Esta norma busca un comportamiento ejemplar por parte de los delegados que son la autoridad dentro de los equipos que compiten cada fin de semana y los responsables de los jugadores. Tanto los delegados como los árbitros son conocedores de este epígrafe y rara vez se debe aplicar, pero gracias a esta norma, sobre todo en las categorías de mayores en las que los encuentros pueden ser más calientes, se evitan posibles acciones que vayan en contra de los objetivos de la de la competición de ECM.
A tan sólo un mes de que el balón eche a rodar, y después de los últimos incidentes ocurridos en el fútbol profesional, cabe recordar estas dos normas o protocolos cuyo único objetivo es salvaguardar el espíritu de la competición y proteger a los jugadores de comportamiento inapropiados que jamás se deberían producir en el deporte.
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