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Datos regionales de IED: ¡Hay que prestar atención al efecto sede!

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Por Adolfo Maza, Departamento de Economía, Universidad de Cantabria

 

No es la primera vez que dentro de este blog hablo de lo que puede denominarse “efecto sede” en los datos regionales de Inversión Extranjera Directa (IED). Con este término me refiero a la existencia de un ‘error estadístico’ en los datos, ya que los flujos de inversión suelen contabilizarse en la región donde la empresa tiene su sede central y no donde realmente se emplean. Vuelvo sobre este tema debido a que recientemente he publicado un artículo junto a la profesora Hierro (consultar aquí) en el que se pone de manifiesto la necesidad de abordar este problema estadístico antes de emplear datos de IED. De no hacerlo, los resultados pueden ser engañosos y, aún peor, el germen de decisiones erróneas de política económica.

El mencionado trabajo aborda los efectos de la IED sobre el crecimiento económico regional, y lo hace tomando España como caso de estudio. Aunque también cuenta con una contribución metodológica, creo que no conviene tocar estos temas en un artículo de blog, por lo que me voy a centrar en su propuesta para abordar el problema asociado al efecto sede. Esta propuesta es, de hecho, muy simple: buscar datos que indirectamente cuantifiquen, den pistas sobre el “uso real” de la IED a escala regional.

Comenzando por el principio, el artículo demuestra que “los datos hablan por sí mismos”. Según datos oficiales de IED (procedentes de DataInvex), durante las dos primeras décadas del siglo XXI la región de Madrid ha recibido, redondeando, 2 de cada 3 euros de los flujos de IED asentados en España. Estos datos han de alertar al investigador sobre lo comentado con anterioridad: la existencia de un efecto sede. Una pregunta, al menos, surge inmediatamente: ¿la concentración de IED en Madrid (y en menor medida, aunque no lo indico aquí, en Cataluña) es real o simplemente una cuestión administrativa?

Profundizando en los datos, y aplicando la propuesta que acabo de señalar, hay al menos otras dos estadísticas que arrojan mucha luz sobre el tema. La misma base de datos DataInvex ofrece información sobre la distribución porcentual del empleo asociado a la IED en las distintas regiones. También hay datos proporcionados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo que dan cuenta de la distribución de los activos fijos tangibles asociados a la IED. En ambos casos, puede observarse que la distribución de la inversión extranjera entre regiones parece ser mucho más equitativa, lo que creemos que confirma definitivamente la existencia del efecto sede.

¿Qué hacer entonces? Nuestra modesta pero creemos eficaz idea es la siguiente. Dado que disponemos de datos que indican el peso de cada región en el empleo y los activos fijos creados directamente por los flujos de IED cada año, construimos una nueva variable, que denominamos ‘IED sin efecto sede’, aplicando la media simple de ambos en cada región y cada año al total de IED recibida por el país. Consideramos que el resultado es una serie más fiable de la distribución real de la IED en España a nivel regional. De esta forma, disponemos de dos series de IED, los datos brutos y los datos sin efecto sede, que se utilizan a modo comparativo en el análisis posterior.

Como ya se ha indicado, ese análisis se basa en un modelo de crecimiento económico. Sin entrar en ningún detalle, el enfoque se sustenta en el tradicional modelo de convergencia beta en el que la tasa de crecimiento de la renta per cápita regional se explica por su valor en el año anterior y, además, por variables como el capital humano, la inversión interna, el grado de apertura, y el industry-mix. Además, se incluyen los flujos de IED de forma aislada y a través de una variable de interacción con el capital humano.

Pues bien, los resultados obtenidos en la estimación del modelo se muestran muy robustos a, por un lado, distintas técnicas de estimación y, por otro, a la transformación de los datos anuales en bianuales para ampliar los grados de libertad. Y estos resultados dejan bien a las claras una conclusión muy significativa: si se emplean los datos brutos de IED parece que la recepción de inversión exterior no ha fomentado el crecimiento económico de las regiones españolas, mientras que cuando se “limpian” esos datos siguiendo la propuesta de este artículo, en todos los casos se pone de relieve la relación positiva entre crecimiento de la renta per cápita y la intensidad de los flujos de IED asentados en cada región. En definitiva, y como dijo la premiada con el Premio Nobel de Economía, Esther Duflo, “actuar sin datos ciertos y contrastados puede ser más destructivo que no hacer nada”.

 

Artículo completo: Maza, A. & Hierro, M. (2025). Delving into the FDI-economic growth relationship at the regional level: Headquarters effect in FDI data. International Review of Economics and Finance, vol. 97, 103829.

“La riqueza de las regiones” constituye un instrumento de comunicación e intercambio de ideas promovido por Asociación Española de Ciencia Regional (AECR). Para más información sobre la actividad de AECR visite su Página Web o síganos en FacebookLinkedin, Youtube y/o Twitter.

 

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