El final de fiesta está siendo asombroso, por decirlo en tono menor. Como estaba cantado, no se cumplirá ni la cuarta versión de las proyecciones hechas por la vicepresidenta Salgado, desmentidas por la realidad, corregidas, vueltas a desmentir y a corregir, sobre la liquidación fiscal del año. ¿Y qué? Peor salieron los cálculos de lo que podría pasar el 20-N y ahí siguen los perdedores donde estaban; uno al frente del partido y el otro de lo que ha quedado del grupo parlamentario. En fin…
Pero el Gobierno está en lo suyo, que es lo importante; entre Madrid y Bruselas Zapatero, con su ministerio de Cultura y ministra correspondiente, González Sinde, dedicando su precioso tiempo a diseñar una pegatina que endosar a ciertas películas dignas de ser vistas por su interés social. Dice el ministerio que la ocurrencia no tiene precedentes en el panorama internacional. Y tanto…
Hace unos días fue la última aspersión, 8 millones de euros, para refrescar la memoria histórica. Hoy tocaba otro cultivo, el de la igualdad de sexos, que es lo que el país viene reclamando a gritos desde que comenzó la maldita crisis. Y también, regar con otros 4,5 millones diversas películas y cortos. ¿Será por dinero?
En los términos de la Disposición ministerial que hoy publica el BOE, la marca en cuestión promoverá aquellas producciones que “transmitan una imagen igualitaria de ambos sexos, sin situaciones vejatorias o discriminatorias” y, por supuesto, otra visión no menos igualitaria “de las relaciones afectivas y de la convivencia doméstica”. Poco más y vuelven a prohibir Gilda, como en los años 40.
Realmente no cabía esperar nada mejor en las últimas semanas de un gobierno de tantas sensibilidades que este desvelo cívico; una Educación para la Ciudadanía, II nivel. Ya era hora de que el Estado nos alertara con el correspondiente pictograma del estreno de películas que “representen de manera igualitaria la presencia y la capacidad de las mujeres en aquellos sectores y niveles claramente masculinizados y de los hombres en los feminizados”.
Con medidas como esta Bruselas va bien servida, y los mercados se van a enterar de una vez de lo que nos importan sus primas…
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