"No son verdad las burradas que se están diciendo sobre mi tía Belén. Desde luego que tomaremos medidas legales para acabar de una vez por todas con esas mentiras. Mi tía está bien y sólo pido que se transmita un mensaje tranquilizador porque se ha generado una alerta con su salud que no es real". Así de dolido se mostró el torero Francisco Rivera cuando hablé con él por el ingreso de su tía y su prima Belén, de 27 años, en la clínica López Ibor, especializada en transtornos mentales. Venía de verlas en la clínica y estaba alucinado por cómo se había "desmadrado" todo con ciertos comentarios.
Lo cierto es que el ingreso de la madre y la hija ha sido una noticia que ha convulsionado la crónica rosa. Lógicamente la familia está cansada de que se aireen todos sus problemas, pero qué duda cabe que después de la repentina muerte de Carmina Ordóñez y la más que fragil salud de su hermana Belén esta noticia fuera pasto de titular de todas las crónicas. Pasada la alarma de los primeros días, hoy todos están decididos a superar esta dolencia, salir adelante y arremeter contra cuantos consideren que han propasado los límites de la legalidad a la hora de hacer sus juicios de valor.
De entrada Belén, con quien ayer hablé por teléfono y me confirmó que se encontraba fenomenal y que todo se había debido a la depresión que padece desde que falleció su hermana, puede salir del centro por el día aunque tiene que regresar a las once de la noche para dormir. Aún no sabe cuándo se irá y de su hija Belencita dice que está en la clínica "pero sólo para ayudarme". Nadie como una madre para proteger a un hijo.
Cosas de casa