Beatriz Cortázar el 16 dic, 2010 Llevaban meses sin hablarse ni dirigirse la palabra y en apenas 48 horas ya se han visto dos veces. La primera fue el miércoles por la mañana en el juzgado de Familia número 23 de Sevilla donde tras más de cinco horas de deliberaciones en el despacho del juez finalmente llegaron a un acuerdo económico. El torero tendrá que abonar a su ex mujer cerca de 600.000 euros en lo que podría considerarse una especie de “indemnización” por estar al cuidado de su familia durante los últimos veinte años así como abonar una pensión mensual de mil euros por cada hijo aparte de todos los gastos extraordinarios que pudieran tener. Las propiedades del torero siguen siendo suyas ya que Patricia no ha querido ni el piso de Jaca ni el de Madrid sino la suma que ha apuntado la Fiscal. El matrimonio estaba avisado de que en caso de no llegar a un acuerdo su proceso podría durar ocho años o más para obtener una sentencia. Por eso y porque el torero se quedó desarmado cuando vio a su hija Alejandra en el Juzgado es por lo que finalmente aceptó firmar lo que le pusieron sobre la mesa para irse a casa de sus padres destrozado y dolido donde más duele. A su hija la besó, le dijo que cuando pasara el tiempo esperaba poder hablar con ella y no quiso más batallas con su ex mujer. Sabe que si hubiera peleado por esa cuantía se arriesgaba a perder más a sus hijas y eso es lo que justamente no quiere. Para el diestro las niñas son como sus ojos y la pena que siente por no poder verlas ni hablar con ellas es lo peor que le ha pasado en la vida. También dicen que su hija cuando su padre le besó le dijo que no lo hiciera delante de los periodistas. Los que estuvieron con la niña saben que mientras sus padres permanecían en una sala con sus abogados negociando el acuerdo ella no paró de llorar. La consolaron dos íntimas amigas de su madre, una de ellas embarazada, que a su vez son esposas de dos buenos amigos del diestro. Pero hoy el matrimonio volvió a verse en el colegio de su hijo pequeño, Juan, el único que ha estado al margen de todos los líos familiares. Hoy tenía representación navideña y ninguno de los dos quería perdérsela. Mientras Patricia siga en Sevilla es normal que coincidan sobre todo en actos familiares. Hoy ha sucedido y ahora toca repartirse las vacaciones de Navidad para que el niño pueda disfrutar de los dos. En cuanto a las chicas… se da por descontado que pasarán las Fiestas con su madre salvo que recapaciten y quieran estar junto a un padre que sólo quiere poder abrazarlas como antes. A fin de cuentas los problemas de los padres no deberían salpicar a los hijos. Más que nada por su propio bien. divorcios Comentarios Beatriz Cortázar el 16 dic, 2010