Ya son marido y mujer. Carmen Morales y Luis Guerra contrajeron matrimonio civil en el ayuntamiento de Son Juan, en Ibiza, y hoy pueden presumir de haberse prometido amor eterno de aquí al fin de sus días. La novia lució un vestido de la diseñadora Rosa Clará realizado en tul de seda natural, con escote palabra de honor y corte a cintura con detalle de cinturón vintage estilo joya. El vestido es vaporoso, de línea romántica muy acorde con el lugar de la celebración y se complementaba con un velo de tres metros de largo. Despus de una feliz reconciliación tras más de dos años de dura ruptura, la hija de Rocío Dúrcal y Junior le decía “sí quiero” al empresario de la cadena de gimnasios Hollyday Inn, quien además ha sido el bálsamo que esta familia necesitaba tras unos años de disputas y demandas judiciales por el reparto de la herencia materna. Desde que anunciaron su compromiso para finales de abril todo ha sido un secretismo absoluto en lo relacionado con el lugar de la boda. Lo único que se pudo saber es que sería en Ibiza y que no querían dar ninguna exclusiva por aquello de no comprometer su intimidad de cara al futuro. En contra de lo que hizo su hermana Shaila cuando se casó en Mxico con su marido Dorio, Carmen ha querido una ceremonia sólo con su gente y una fiesta con muchos amigos pero sin cámaras ni talones al portador. Ya veremos si cumple su palabra. Lo que sí hemos comprobado es que este reencuentro con Luis Guerra ha sido la mejor medicina para su padre, Junior, quien está como renacido desde que se habla con sus hijos, ve a sus nietos, y se congelan las denuncias en los juzgados. Como es normal tras ver cómo sus dos hijos mayores ponían una demanda contra l el viudo de Rocío Dúrcal recurrió a su abogado y presentó otra demanda por la que pedía a la Justicia que a la hora de la herencia tuvieran en cuenta lo que se había entregado en vida de la cantante. El asunto se complicó, se anunció que sería largo y costoso y entre medias apareció Guerra, recuperó a su novia y juntos comieron perdices. Un buen final que sólo tuvo un pero: el frio que hizo en Ibiza hizo que novios e invitados tuvieran que abrigarse más de la cuenta. Por eso Carmen no podrá parafrasear a la nueva duquesa de Cambridge en sus primeras declaraciones ya como esposa de Guillermo: “Me alegra que el tiempo aguantara. Hemos tenido un gran día”.