Siempre se dice que los comienzos no son nada fáciles, pero en el deporte esto no siempre es así. De hecho, suele ocurrir que en cuanto empieza a rodar el balón, los nervios quedan a un lado y lo único que importa es competir y disfrutar. Esto lo demostraron desde primera hora de la mañana del sábado los alevines del colegio Stella Maris y del Calasancio, que estrenaban las crónicas de los XXXI Juegos Deportivos de Escuelas Católicas de Madrid. En el calentamiento se vivían esos momentos tan típicos de comienzo de temporada, donde los equipos aún no se han acostumbrado a la competición.
Las mejores imágenes de la primera jornada de fútbol sala
Con el pitido inicial, ambos equipos demostraron rápidamente que querían empezar el nuevo curso con victoria. El equipo del Calasancio rápidamente se puso por delante gracias a varios goles de Rubén, pero los locales, el Stella Maris, reaccionaban para seguir con vida en el partido. Al descanso ganaba el equipo calasancio 2-4, pero si el resultado no era más amplio fue gracias a los porteros. Gabriel, por parte de los locales, y Adriana, del Calasancio, estaban dando un auténtico espectáculo bajo palos con grandes paradas.
En el segundo tiempo el partido cogió más ritmo aún, dejando ambos equipos detalles de calidad. El goteo de goles era continuo en ambas áreas pese al acierto de los guardametas, que incluso se atrevieron a buscar el gol de una portería a la otra. El duelo entre Adriana y Gabriel se acabó antes de tiempo, por un inoportuno e involuntario pisotón en la mano de este. Fue el valiente Adrián quien se enfundó la camiseta verde y los guantes de su compañero del Stella Maris, e incluso realizó un par de paradas buenas. Finalmente, ganaron los chicos del Calasancio por cuatro goles a nueve en un partido más igualado de lo que dicta el marcador. Los pocos cambios disponibles de los locales les pasaron factura en los instantes finales. Seguro que estos dos equipos realizan una gran temporada tras lo visto el sábado.
Del estreno del fútbol sala en nuestras crónicas de los sábados al estreno del baloncesto. Este era un estreno en mayúsculas, ya que se trataba de un partido de prebenjamines en el colegio Menesiano. El partido iba a ser una gran fiesta, ya que los dos equipos pertenecían al citado colegio Menesiano, pues eran los prebenjamines “A” y “C”. El gimnasio del colegio acogía este estreno de alrededor de veinte niñas que jugaban, con sus amigas, un partido que nunca olvidarían.
Los primeros minutos fueron de aprendizaje total para las pequeñas. La labor de la árbitra María Bruñó fue fundamental para que el partido pudiera disputarse con relativa normalidad. Las interrupciones para explicar las normas fueron las necesarias para que las chicas pudieran jugar y disfrutar del baloncesto y a la vez aprender conceptos como “pasos”, “dobles” o “tiro libre”. Una vez superados los nervios, el partido se volvió emocionante y de un nivel nada desdeñable.
La jornada 1 de baloncesto, en imágenes
El Menesiano “C”, que vestía de rojo, había logrado un parcial inicial de 0-6 en el primer cuarto, pero el “A” (azul) logró igualar el partido al descanso para deleite de padres y familias. En la segunda mitad del partido el resultado, que era lo de menos, acabó con 26-18 para las azules. Lo importante fue que las niñas disfrutaron de encestar sus primeras canastas, se sintieron protagonistas en su propio gimnasio del cole y se quitaron los nervios de jugar su primer partido.
Así, el colegio Menesiano vivió una auténtica jornada histórica para las prebenjamines, ya que, como confesaban las propias jugadoras, entre las “rivales” había compañeras de clase y amigas. “Incluso entrenamos juntas”, contaba alguna de las peques. Las entrenadoras entendieron en todo momento el carisma de la competición y la esencia del deporte escolar, más aún al tratarse de dos equipos que defendían el mismo escudo, el del colegio Menesiano, y sobre todo, el escudo más importante: el de disfrutar haciendo deporte.
Iván Hernández
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