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Prensa y militares: levantando el burka informativo en Afganistán

Prensa y militares: levantando el burka informativo en Afganistán
Algunos de los periodistas empotrados 17 días en Afganistán / "PIO" Alberto Vázquez
Esteban Villarejo el

Fin del “Diario afgano de un empotrado de ABC”. Hubo un tiempo no muy lejano que informar de la misión de nuestras tropas en Afganistán era prácticamente tabú. Nada de empotramientos de periodistas -esa fórmula “made in USA” por la cual un periodista comparte día y “fatiga” con una unidad o compañía durante cierto tiempo tras cumplir ciertos requisitos-. Nada de declaraciones a los periodistas, nada de “política activa de comunicación”. Objetivo: rehuir al periodista.

Esa fue la doctrina de la política comunicativa que piramidalmente asumían los mandos militares… y de ahí hasta el soldado. Había casos en que los empotramientos se producían con las tropas de… ¡¡¡¡EE.UU.!!! en vez de las españolas. Con las estadounidenses se podía, con las españolas un “nanai de la China” por respuesta. Surrealista.

Los “artistas” gráficos y premios Goya Emilio López Alemán y Raúl Cadenas de la Vega filman un convoy en Qala i Nao / “PIO” ALBERTO VÁZQUEZ

 

Este tipo de situaciones las sufrieron periodistas como Mikel Ayestarán, de ABC, quien durante los últimos nueve años estuvieron informando sobre el terreno; él mismo estuvo como empotrado el pasado año cuando se levantó al fin el burka informativo sobre la misión de Afganistán y otras misiones en el exterior.

EL EMPOTRADO

La consigna venía, por supuesto, del nivel político. Los militares hacen lo que se les manda. Eso es así. Y en política de comunicación más aún pues a veces se une el hambre con las ganas de comer. No a todos los militares les congratula eso de tener que explicarse, no todos entienden como un cometido más de su labor militar transmitir a la sociedad los porqués de una actividad que está reconocida como la más valorada en la encuestas del CIS. Aunque, en honor de la verdad, cada vez son menos los militares que así proceden. Cada vez gustan más de hacer didáctica de los militar.

Se ha avanzado en este sentido. Sin embargo, a veces la desconfianza sigue imperando en el militar que ve al profesional de la comunicación de Defensa como una suerte de “discípulo” del Sálvame, un amarillista buscando siempre la mancha en el uniforme o simplemente alguien que no tiene ni idea de lo suyo porque no diferencia el HK-G36 del AK-47 (ok, esto es fácil, pero las hay más difíciles).

López Penide (La Voz de Galicia), el que escribe este blog y Mateo Balín (Colpisa), junto al coronel González-Valerio (izq.) y otros militares en Qala i Nao / “PIO” ALBERTO VÁZQUEZ

 

Eso se nota cuando estás hablando con un militar poco acostumbrado a lidiar con la “canallesca Prensa” y, de repente, sacas tu cuaderno y bolígrafo para apuntar: “Oye, no vayas a poner esto” o “Ya está el periodista apuntando…”. Ante esas situaciones yo pienso en mi interior… ¿y para qué estoy aquí?

En ese tiempo no muy lejano también era habitual, ante la publicación de cualquier información sobre Afganistán -por ejemplo, un tiroteo a un helicóptero Cougar español-, la típica llamada desde el departamento de comunicación de la/el ministra/ministro (es decir, su jefe de comunicación) diciéndote que cómo publicabas tal cosa o tal otra, que si estabas seguro de ello... Control informativo era la consigna. La guerra en Afganistán ni en pintura habría de contarse. Y eso que se trataba de un conflicto en el que las tropas españolas llevaban desplegadas en ese tiempo unos diez años.

El fotero de ABC Jaime García se gana a un “paisano” para luego fotografiarle sin problema / ESTEBAN VILLAREJO

 

Todo eso cambió. Con la llegada del nuevo ministro de Defensa, Pedro Morenés, y sus hombres de confianza en la política de comunicación -Joaquín Madina, primero, y Diego Mazón, ahora- cambió la estrategia en este sentido. En Afganistán, por supuesto… donde han pasado otros medios de comunicación como empotrados.

“Política activa de comunicación” es ahora la doctrina imperante en Afganistán. Algo que, sometido a los típicos matices de tal o cual ministro, debería permanecer en todas las misiones internacionales en las que se despliegan las tropas. Gobiernen unos o gobiernen otros (u otros terceros, que nunca se sabe).

Ver, oír y contar sobre qué hacen nuestros militares en esas misiones -sin que afecte a la seguridad de las operaciones- debe ser concebido como una parte misma de la misión. Y así lo comprenden también los militares quienes nos abrieron sus oficios durante 17 días. Todos deseando colaborar, explicarse y relatarnos. Ver, oír y contar.

 

Pero no nos engañemos. Los periodistas empotrados con las tropas no informamos de los conflictos, sino de qué hacen y cómo lo hacen nuestros militares en esos conflictos. Si quieren saber más de Afganistán, por ejemplo, acudan a los periodistas curtidos en el conflicto desde hace años. Ellos conocen sus calles, las fuentes primarias, los vericuetos encantos del corresponsal o el enviado especial. Ellos viajan por libre, sin las “caravanas” de los que hacen la información de Defensa, sin la burbuja de seguridad que ofrecen los militares al empotrado.

No era nuestra pretensión hacer un blog de Afganistán, eso que quede claro. De empotrado, el periodista no va por libre, va siempre con militares fuera de la base; informas de lo que ves en su quehacer. Conversas con unos, con otros; buscas información en la base en los momentos compartidos… Eso sí, y que quede claro, a un empotrado nunca se le coteja la información, se le pide un cambio, o se le pide cuentas en algún sentido.

El fotógrafo Paco Francés, especializado en FAMET, abordo de un helicóptero Chinook

 

EL “PIO”: EL MILITAR COMUNICATIVO

¿Y quiénes se encargan de hacernos la vida más “agradable” a los periodistas empotrados? He aquí una figura clave para nosotros: el “PIO”, unas siglas que responden a “Public Information Office”, la Oficina de Información Pública… el departamento de comunicación, en román paladino.

Son militares que en esas misiones, como la de Afganistán, tienen el cometido de lidiar con los medios de comunicación: españoles y afganos, en este caso. Con los afganos, por ejemplo, les asisten con lo que pueden. También acompañan al coronel jefe en actos de relaciones públicas tanto fuera como dentro de la base.

Para muchos de esos “PIOs” es la primera vez que se ven en tal cometido.  Hubo entre nosotros hasta alguno que era piloto de caza. Durante nuestros 17 días en Afganistán para esos PIOs fuimos parte de su misión.

Parche que la 23ª Oficina de Información Pública de Herat: “This is not my job!” (Este no es mi trabajo), reza el lema

 

El “PIO” se ha formado en comunicación, claro. Hay cursos en las Fuerzas Armadas para ello. Y si no lo han realizado previamente realizan un curso intensivo “ad hoc” para la misión. Hay que recordar que las Fuerzas Armadas cuentan asimismo con una extensa red de informadores públicos en los cuarteles, unidades, brigadas…

Ellos escriben noticias “oficiales” que luego serán supervisadas por la cadena de mando y de ahí hasta llegar al Ministerio de Defensa que aprueba su publicación en las páginas webs. Así funciona la comunicación militar en España (a “grosso modo”, esto merece un post aparte). He aquí la página web del Estado Mayor de la Defensa donde se informa de las misiones internacionales.

Precisamente los “PIO”  son los encargados de confeccionar nuestra agenda en Afganistán: una patrulla por Sang Atesh y la Ruta Lithium, una acción Cimic con el coronel González-Valerio en el orfanato “Sargento Abril” de Qala i Nao, participar en un desembarco aéreo en las montañas del paso del Sabzak, 17 horas en un convoy del repliegue con el sargento Gorka Aparicio de líder, una visita a la Zona Verde de Kabul donde trabajan 30 militares españoles acompañados del Equipo de Protección de la Policía Militar de Bétera (Valencia), comprobar cómo funcionan nuestros UAVs y la unidad PASI en Herat, indagar sobre la unidad Mizar y su “Hércules” de transporte, una visita al hospital ROLE-2E, una entrevista e inesperada comida con un general afgano y el coronel español De Andrés… o la última cena de despedida -con unas pizzas y unas “Coronitas” de por medio en un bar italiano de la base de Herat- fueron algunas de las interesantes propuestas que nos dispensaron durante nuestra convivencia.

Ahora es momento de presentar al lector (¿aún está ahí?) a estos PIOs y remitirles nuestro más sincero agradecimiento:

1. NUESTRO GUÍA EN KABUL: teniente coronel Javier Ruiz Arévalo. Destinado con anterioridad en el Mando de Adiestramiento y Doctrina. Por  cierto, escribió un interesante libro relacionado con Afganistán: “Militares y oenegés. Reflexiones sobre una relación a veces tormentosa”.

Tcol. Ruiz, a las puertas de la base aérea de Kabul / JAIME GARCÍA

 

2. LOS HOMBRES DE QALA I NAO: teniente coronel Severino Riesgo y sargento Alberto Vázquez. El primero nos aleccionó sobre Qala i Nao y presto estaba a cualquier cambio del guión. “Natural” de la Academia de Artillería de Segovia. El segundo, fiel acompañante en nuestras salidas y siempre cámara fotográfica en mano, procede de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable con sede en Pontevedra.

Teniente coronel Severino Riesgo, en una de las salidas / JAIME GARCÍA
El sargento Vázquez observa una de las instantáneas recién captadas / JAIME GARCÍA

 

3. ALTOS VUELOS EN HERAT: comandante (y piloto de caza) Daniel Fernández de Bobadilla y el sargento del Ejército del Aire Francisco Salguero, apunto está de casarse este sevillano. Los dos nos hicieron la estancia en Herat “sorprendente”. Algunos colegas nos dijeron antes de partir que Herat aburría… “no había acción”. Para nada fue así y encima muy provechosa en lo informativo. Una plaza clave ahora en el repliegue donde muchas cosas saldrán en avión.

Comandante Daniel Fernández de Bobadilla, piloto de caza y PIO durante seis meses en Herat / JAIME GARCÍA
El sargento Paco Salguero, otro militar cámara en ristre/ JAIME GARCÍA

 

4. TENIENTE CORONEL JOSÉ MANUEL LA TORRE: el PIO del Estado Mayor de la Defensa. Como uno de los responsables de la comunicación del Estado Mayor de la Defensa, el teniente coronel nos acompañó en todo momento. Desde la misma salida en Madrid. Dejó hacer, por supuesto. Nos facilitó contactos, por supuesto. Y atendió pacientemente a nuestras peticiones, por supuesto. Con su agudo tono de voz, nos insufló ardor guerrero para no desfallecer. Plumillas y foteros empotrados se lo agradeceremos siempre. Como él dijo: “Kabul ya es otro Kabul”.

El teniente coronel José Manuel La Torre, “PIO” del Estado Mayor de la Defensa / JAIME GARCÍA

 

FIN DEL “DIARO AFGANO DE UN EMPOTRADO DE ABC”.

Madrid, 6 de mayo de 2013.

PD-Aunque, avisamos, lanzaremos más historias, poco a poco, sin abrumar… Tenemos aún algunas lides que contar sobre ese Soldado español en la Guerra de Afganistán (aunque estemos de repliegue). A todos ellos: GRACIAS TOTALES.

 

 

 

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