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Blogs Enciende y Vámonos por Rosa Belmonte

Vamoh a arder en loinfiennoh

Rosa Belmonte el

 

Nunca me he sentido más cerca de Ana Rosa Quintana (excepto un día que estaba a mi lado en Mallorca, la tienda, comprando cabeza de jabalí; ella quiero decir, que yo iba a comprar rosbif). Pero me refería a cuando Víctor Sandoval dijo en la entrevista en De otro rollo (recogida en Vertele) que la tv mogul (entonces no tan mogul) lo fichó para Sabor a ti pero que no le dejaba hacer plató porque la ponía muy nerviosa. Hija, cómo te entiendo.


 


En otra entrevista, previa al estreno del innecesario Tal Cual Exprés, la candidez de la pareja presentadora hacía cumbre: “Buscamos nuestro trozo de tarta”. Después de ver a Víctor y a Gema López (¡Víctor Sandoval y Gema López! ¿Pero por qué no ponen a La Veneno y a Toni Genil?), después de verlos, digo, me puse en la cola para lo de la tarta que habían pedido. Para lanzársela y contribuir al slapstick. El propio Sandoval, que es como un dibujo animado, podría ser pura figura del slapstick. Pero es que es exagerado hasta para slapstick. Más todavía que La Máscara de Carrey.


 


También es verdad que como me he propuesto ser positiva y ver montypythonianamente el lado brillante de la vida, Tal Cual Exprés tiene sus cositas buenas. Por ejemplo, nos han vuelto a poner a la Cantudo y su explicación del escupitajo a Mariñas en DEC. Cuando dijo aquello tan grande de que las mujeres nos ponemos brillo en los labios y entonces se nos pegan los pelos. Por tanto, escupimos para sacárnoslos de la boca. Pfffjkjf. Pero no es que escupamos a las malas personas que van a arder en loinfiennoh (no me resisto a poner a Yolanda Ramos as Cantudo). Y también hemos sacado esos momentos en que Víctor Sandoval habla en miaminés.


 


Yo es que soy superpartidaria de Miami y de su órbita. Pongamos que hablo de los Grammy Latinos (aunque fueran en Las Vegas). Hace dos domingos la retransmisión de la TNT me tuvo hipnotizada, pero no había tenido tiempo de buscar lo que más me impresionó: Juan Gabriel. Él y el público que lo aclama. Aunque Bebe también estaba por alli, me refiero a todas esas señoras que parece que se han escapado de Los Colby. Y de los 80 (creo que hay que llamarlas con los buscas que vendía el novio de Liz Lemon). Hacía tiempo que no veía un espectáculo tan alucinógeno, especialmente con esa copa que se echa por encima y luego se manda rellenar. Por la ropa no hay que preocuparse. Como se buscó una elegante chaqueta que hace aguas pues no se la estropea.


 


 Habiendo visto hace poco a Tony Bennet y a Aretha Franklin, llevaba unos meses pensando que mi próximo concierto de superfan iba a ser uno de Shirley Bassey, ya que tiene disco nuevo (y ahora me sueltan que Julie Andrews vuelve, aunque sin voz, da igual, can’t believe). Pero tengo que añadir Juan Gabriel a mi agenda. Qué de plancha.


 


Guanmorzín. El otro día escribí en el periódico sobre el perfume Alien de Thierry Mugler. Fundamentalmente sobre lo absurdo de un nombre así para un perfume pero también sobre el parecido del frasco con los vorlon de Babylon 5. Me pregunto si el raro de Mugler es seguidor de la serie de Straczynski. 

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