Hay nombres (nombres y apellidos) que merecen una glosa. Vanessa García Marx. Ahí queda eso. Ni inventado. Se trata del fichaje de Las mañanas de Cuatro. Vanessa, periodista que fue al estreno de Filomena Marturano de Concha Velasco para hacer su reportaje, era tratada con gran cariño por Concha, por Lina Morgan y por todo aquel artista al que entrevistara. Vanessa es, claro, pequeña-Vanessa-me-basta-mirarte-para-ser-feliz, la hija del gran Manolo Escobar (Manolo García Escobar) y de Anita, su mujer, de origen alemán .
La chica es desenvuelta, hace bien su trabajo y cuenta con ese importante activo de conocer al personal. Ésta última parte la comparte con Gonzalo Miró, que se ha puesto el anillo tuareg al cuello que le regaló Felipe González para la visita que su tutor ha hecho al programa (“sólo se lo pone cuando me ve”). Pero hablando de hijos de, la actuación memorable en los últimos días ha sido la de la hija de Jack Nicholson en la ceremonia de entrega de Los Globos de Oro. La chica, una rubia que parece escapada de alguna serie de Disney Channel (Lizzie McGuire, Hannah Montana o así), era la que llevaba la estatuilla al presentador para que la entregara al ganador (ay, que no se dice ganador en estas cosas americanas). De manera que algunos de los premiados no sólo besaban a los presentadores sino también a la rubia pasmarote, lo que resultaba bastante chocante (eso sí, mis favoritos de la noche fueron los chevaliers servant que ayudaban a las damas a subir al escenario).
Aunque para chocante lo que Telecinco a veces entiende por primicia (tercera acepción del diccionario de la RAE: “Noticia, hecho que se da a conocer por primera vez”). Vale que las primeras imágenes de la entrada en la cárcel de Farruquito (un poco entre un videoclip de Camela y la primera parte del de Thriller) emitidas por A tu lado sí eran una primicia visual (o algo así) pero que una entrevista de Concha Velasco en Tiempo al tiempo a Carmen Martínez Bordiú fuera rotulada como primicia es como para hacer tragar el diccionario a quien lo puso en El programa de Ana Rosa. La cosa formaba parte del material biográfico de Hormigas Blancas. Vamos a ver, si es un programa de 2001, un programa ya emitido en televisión, ¿cómo rayos va a ser una primicia? Un programa en el que, no lo olvidemos, Marujita Díaz era tertuliana. En el fondo, si lo pensamos bien (o mal, que es como pienso yo) el tertulianismo (un palabro, lo sé) ha ido a peor. Quiero decir que entre Marujita y la insustancialidad de Raquel Bollo hay un trecho. Ahora, yo no veo a Marujita Díaz tomando notas en el polígrafo (el detector), como hacen los del sofá de A tu lado. Escriben más que las taquígrafas de las Cortes. Pero recogen discursos y sucedidos mucho más interesantes. Por ejemplo, pregunta a Aramís Fuster (suave como visón en la cabeza): “¿Has conocido a Jesucrito y al Diablo en persona?”. Dijo que sí, pero según el polígrafo mintió. Vaya, aunque yo lo que me preguntaba es si los había conocido a la vez y en el mismo sitio o por separado. Otra pregunta: “¿Hiciste un conjuro a Concha Velasco porque te impidió trabajar en su programa de televisión?”. Dijo que sí y el poligrafista (el calvo que ríe) confirmó que decía la verdad (lo más divertido de todo esto es que Emma y los demás se creen, o hacen como que se creen, a pies juntillas el detector). Concha Velasco otra vez. Vamos, ni Santiago Segura promocionando una peli.
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