Cuando era pequeña (tan pequeña que ni siquiera sabía que hubiera existido la Segunda Guerra Mundial y sus contendientes) pensaba en lo que molaría una película en la que los alemanes y los japoneses lucharan entre sí. Siendo tan malos malísimos en todas las pelis de guerra que ponían en la tele, la pelea podía ser memorable. Ahora (mi cerebro no ha evolucionado mucho pero lo que ponen en la tele, sí) pienso en lo que molaría que Temperance Brenann y Lorelai Gilmore estuvieran en la misma serie. Los personajes, quiero decir, no Emily Deschanel y Lauren Graham.
Son unas tipas tan, tan antagónicas. La reina de los cerebritos y la reina de la pop culture. Por ese autismo de Temperance en cultura popular nunca me pareció creíble su disfraz de Wonder Woman (aunque supongo que tendría algún tipo de niñez con tele y comics). Me imagino que a cada cosa que Lorelai soltara, Bones apuntaría su famoso: ‘No sé qué significa eso’. Para que entendiera lo que le están diciendo, Temperance (y esta es otra asociación de ideas y bombones televisivos recurrente en mi melón), Temperance, digo, tendría que vérselas con la madre de Leonard en The Big Bang Theory, la adorable Christine Baranski. Y con Lorelai, claro, escuchando a las dos y poniendo caras, que eso sería lo más.
Otra asociación de ideas y personajes. El chiflado de Sheldon, o sea, Jim Parsons, debería ir con sus chaladuras a Los Ángeles a visitar y sacudir a su antigua jefa (Amy Gray, o sea a Amy Brennemam), que ya me está poniendo de los nervios en Sin cita previa. O quizá hay que ir a dar la paliza a la misma Shonda. Y no sigo para no spoilear y porque yo lo que pensaba era hablar de Bones, que vuelve hoy viernes ‘a la hora de siempre’ a Fox (cómo me gustan las promos de Fox).
¿Pero qué voy a decir de Bones que no se haya dicho ya? Da igual. Que es una de las mejores comedias (es una comedia), que los personajes tienen vida y pensamientos propios (y no como los muermos sombríos de CSI), que los secundarios son muy buenos, que los psicólogos son mejores (tanto Wyatt como Sweets), que tiene una pareja que conecta (y no como la de Castle)… En fin, que se besen ya. Pero de verdad.
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