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Blogs Enciende y Vámonos por Rosa Belmonte

Que vuelva Sumarísimo

Rosa Belmonte el


No sé qué da más pereza, si ver De buena ley o escribir sobre el programa. Me voy a quedar con la segunda opción, así que procuraré ser breve. Que es un gran fake es algo evidente. Todos los espacios de juicios (bueno, de arbitrajes) lo son. Y la televisión no deja de ser una alucinación colectiva. Pero encontrarme el primer día a Alejandra Yáñez entre el público activo colmó cualquier rastro de paciencia que pudiera tener. WTF? O en español, ¿PQC? Actores los litigantes y actores los de la grada. Ya escribí sobre ella en otra entrada, así que dejo ahí el enlace sobre los profesionales de salir anónimamente en la tele (y Telecinco no se esconde a la hora de buscar gente que quiera figurar).


 Luego está el resto. El doctorsito (soso, soso, soso) y los presentadores. ¿Para qué sirven estos? Ah, claro, para poner el micrófono al público y que éste increpe a los contendientes como pasaba en aquel programa de Aitor Trigos en el que el invitado daba vueltas y recibía improperios (y vamos a dejar para otro día los carrerones de Sandra Barneda y Alberto Herrera, que ya hasta me dan penica).


Ya sabemos que la La juez Judy es una tía coñazo y malafollá (Simon Cowell style) que tampoco es real. Y sabemos que el programa diario americano tiene más de circo que otra cosa (si pierde el demandado, paga el programa; si pierde el actor, los dos reciben una compensación de la productora). Pero la juez Judy tiene gracia (como la tiene Glenn Beck en la Fox y no la tienen los gatos al agua o los más se perdió en Cuba). Y la de las puntillas se sobra para conducir el espectáculo y poner verde a los litigantes. Cómo muestra, sólo el gesto del minuto 1,24 en este delirante caso del otro día. Sin embargo, De buena ley no tiene gracia alguna. Y si tampoco es real, ¿qué se salva? Vamos, que preferiría ver reposiciones de Sumarísimo.


 Y sin dejar el negociado de gente que sale (mucho) en la tele, Antonio Garrido vuelve a las andadas. Ahora que se había redimido de tanto concurso con su papel en La chica de ayer, va el tío y acepta presentar ¿Quién quiere ser millonario? Más pereza. Y menos mal que Iván ha vuelto (hecho un Fido Dido) a Los mejores años. No sé si es él quien roba la ropa a los de La chica de ayer o son los de la serie los que se la quitan a él pero menudas (cada vez más menudas) pintas. Y para terminar, una sugerencia, aparte claro del Chelsea-Barça (con Carlos Martínez y no con la pesadilla de Luque): en Celebrities, Arturo Pérez Reverte. Un must see.

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