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Blogs Enciende y Vámonos por Rosa Belmonte

Póngame un old fashioned

Rosa Belmonte el

 Raising the Bar, Jane Kaczmarek


  La hora 11  (Fox y La Sexta) es un coñazo. Y sí, ya sé que estamos muy mal acostumbrados. Es lo que Adam Sternbergh calificó como  el dilema Mad Men (llega un momento en que no podemos asimilar tantas series buenas y, en un alarde tonto de nuevorriquismo televisivo, acabamos despreciando hasta las que no se lo merecen). Dicho esto, La hora 11 es un aburrimiento. Tiene los mimbres de Fringe (sin sus divertidos disparates, y sin sus actores), lo sombrío de Mentes criminales (sin sus muchos personajes) y lo itinerante de Autopista hacia el cielo (sin el pelucón de Michael Landon). Vale que le tomé manía cuando Fox sustituyó Anatomía de Grey con ese tostón sin gracia, pero no creo que vaya a cambiar de opinión. 


Sigo despachando asuntos pendientes. Raising the bar (de verdad, lo de Ganando el juicio me cuesta mucho trabajo), en TNT. Una serie de juicios y abogados que da la impresión de que sirve para que Steven Bochco dé trabajo a toda su familia (véanse los creditos llenos de bochcos). Una tiene por Steven Bochco el mismo aprecio que por Woody Allen, aunque les retire el eructo momentaneamente por cosas como Vicky Christina Barcelona, esa mezcla entre una película de Rohmer y  Las Cheetah Girls 2. No sé si alguien los ha hecho notar pero los parecidos son asombrosos (hasta Albel Folk –¿no hay más actores ?– sale en las dos, lo que parece un guiño de alguien que se le ha metido doblada a los señoritos americanos que vienen a hacer películas de guitarra flamenca a Barcelona).


 Bueno, pues siendo Steven Bochco el artífice de Hill Street, La ley de Los Ángeles e incluso de Médico precoz no se me va a ocurrir criticarlo. Y tampoco es que Raising the bar tenga muchas pegas. Es simplemente como si Don Draper llegara a un bar donde sirvieran series en lugar de cócteles y pidiera un old fashioned. Porque eso es Raising the Bar, una serie antigua y pasada de moda (si lo clásico pasa de moda, claro). Tal cosa no es necesariamente mala pero llama muchísimo la atención. Vistos los primeros episodios, no hay ninguna rareza. Ni una abogada enana como en Leyes de familia (Boston Legal la incorporó mucho después) ni una fiscal sorda como en  Dudas razonables (por no hablar de las reinas del recreo de los juicios). Hay una juez hijadeputa y chiflada y eso es lo único que la salva, no tanto por el perfil del personaje como por su intérprete, la gran Jane Kaczmarek. Lo de que todos los protas jóvenes sean tan amigos a la par que rivales es un poco absurdo. Y lo increíble es que esta serie, cuya existencia no se explica, subió la audiencia de TNT (breaking y gloriosas news, 30 Rock la ve más gente).


 Ay, iba a seguir con la segunda temporada de Mad Men (y con el dilema de idem) pero lo voy a dejar para otro post, que esto se alarga.

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