Hips don’t lie. Las jamelgas, tampoco

Imposible hincar el diente a todo lo de ayer a no ser que escriba un guerraypaz de glosa televisiva. La vuelta de Ana Rosa (madre mía, ahora mismo está Raquel Mosquera comentando Gran Hermano; “¿Qué dicen en la pelu de este GH?”, le pregunta Ana Rosa), la vuelta de Emma, el estreno de Jaime Cantizano (que me guarden la cría), los concursos, los informativos de LaSexta, la serie de la Ballesteros, Maracaná 06 (oh, Diosss, menudo plató; esto dicho con la voz de la Janice de Friends)… Lo dejo para otro día y vuelvo a los clásicos. Tachín, a la cuarta edición de Mira quién baila. Y a HZ News. En éste me sobra lo de Corbacho como Matías Prats (me sobra tanto como me sobraba el sketch de Páginas Amarillas que él y Esther Arroyo  hacían al principio de Homo Zapping para introducir las piezas). Tuvo gracia lo de España Directo y el tío rompiendo los botijos gemelos y luego mostrando el Botijo Zero. Destacar también el filón que han encontrado (espero que no sea un recurso aislado) con Joan Clos como carne de chiste a propósito de su ministerio de Justicia. Mención a lo de El rondo con un Quique Guasch negro y a la frase final de Corbacho: “Como diría el padre de Natasha Kampusch, tu madre y yo empezábamos a estar preocupados”. En cuanto a Mira quien baila, milimétricamente pensado para la audiencia. Mira quien baila es Mira qué tongo (que me parece estupendo, por supuesto). Pasaron a la final los que más interesaban, aunque bailaran con la gracia de un elefante con artritis. Y los intermedios, pues justo antes de que actuaran las estrellas Carmen Martínez-Bordiú y el gavilán Juan Alfonso Baptista (que ganó para propio pasmo). Como la señora de Campos ya ha avisado de que tiene asumido el 100% de las críticas, me quita un peso de encima. Que vaya por delante que me cae bien. Pero cómo baila. Es un pedazo de jamelga, un armario ropero. “Tienes un pedazo de cuerpo”, le dice Poty (amigo de José Campos). Eso es verdad, pero ¿y qué? Juan Salazar, el chunguito (y vivo retrato de Carmen de Mairena, también, pero tal cosa no le ayuda). Y la Nana Mouskuri (como la llamaba María del Monte) suelta a Carmencita: “Lo mejor que tienes es el movimiento natural de tu cadera, pero tienes que mejorar los pies”. ¿La cadera? Señor, me vino a la mente la canción de Shakira, Shakira. O sea, Hips don’t lie, las caderas no mienten. Aun así, ganó a su pareja. Como ganó a la suya Antonia Dell’Atte. Otra con gracia para bailar. Cyd Charise y Eleanor Powell. Lo mejor vino con las donaciones. Yo esperaba que Carmencita diera lo suyo si ganaba a la Fundación Francisco Franco (¿qué pasa, si se ha hecho esas fotos en el Valle de los Caídos con mamá y el rey de Francia?). Habría sido un puntazo. Pero su organización era una asociación de Síndrome de Down sevillana. Llega después Rosario Mohedano y le dice a Anne que su pasta va para la asociación de afectados por “el síndrome de cáncer”. ¿Ein? En fin. Qué cosas. Mira quien baila siempre me ha parecido un programa simpático, incoloro, inodoro y no necesariamente insípido. Anne Igartiburu cada día está mejor (qué guiños de ojos) y los que bailan, qué quieren, Raúl Ruiz lo hizo mucho mejor cuando se subió  a la tremenda mesa-escenario de Maracaná, pero esa es la gracia. Y teniendo en cuenta lo que hay por ahí, virgencita, que me quede como estoy. También volvió 7 días 7 noches, en cuyo plató había un tipo rotulado como “acreedor de Isabel Pantoja”. Esto ya es el 13 Rue del Percebe. Y salían fotos de bañeras y wáteres, que es lo que dice que le debe. Amos, amos, se me revuelven las tripas. Y luego no paran de ponernos imágenes del intento de linchamiento de un apuñalador en Marbella. ¿Y el linchamiento pantojil, qué? Viva Anne Igartiburu.