Me aburre Perdidos. Lo siento, no puedo, lo intento pero no hay manera. Me gustó al principio pero ya durante la primera temporada me fui desinflando. Lamento mucho coincidir con la inmensa mayoría, a tenor de la audiencia. Ahora bien, creo que TVE lo hace estupendamente. Es que ya estoy hasta las narices. TVE es una maltratadora y bla bla bla. Lo es con Urgencias, lo es con las Gilmore, pero no lo es con Perdidos y tampoco con Mujeres desesperadas, que demasiada paciencia tiene. A ver, pone Perdidos a las diez y encima los miércoles, cuando todo lo demás en las teles generalistas es de suicidarse (salvo Fiscal Chase y Valerio Pino, claro, pero es que con este tío me pongo a llorar como si me estuviera abroncando a mí). El jueves, aunque no sé dónde, sí que sería tremendo colocar Perdidos, que no hay manera de verlo todo. Medium, Prison, One tree hill (sí, la veo), Sin Rastro… También me aburre CSI, pero eso siempre me ha pasado (por supuesto que Lost y CSI son buenas, pero esa no es la cuestión). Si acaso salvo a Grissom y a Catherine. En tíos raros y antipáticos me quedé en Millenium. Así que me alegro mil de que en EE.UU. Anatomía de Grey (taaaaan superficial) haya superado a CSI. Apuesto antes por Sin rastro. Incluso me quedo con Ley y Orden (cualquiera, pero preferentemente Unidad de Víctimas Especiales). También me quedo con los clásicos. No es que Friends me parezca lo mejor (prefiero Frasier aunque dejo a Seinfeld detrás de Friends, pese al fabuloso Kramer) pero ayer me tronchaba con Phoebe. Era cuando Chandler y Mónica se iban a casar y Chandler había desaparecido. Phoebe estaba haciendo tiempo y hablando con los padres de Chandler. O sea, Morgan Fairchild y Kathleen Turner. ‘¿Así que estabais casados? ¿Qué pasó? ¿Os distanciasteis?’. Ese es uno de los grandes momentos de la historia de la televisión. Y no los muermos de Perdidos (pero que siga, por favor).
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