Rosa Belmonte el 06 feb, 2006 Después de un intenso fin de semana de negritud a la que no se entendía nada (y del niño de Picket Fences ya crecido en Verónica Mars con la misma cara de zangolotino), se acabó Gran Hermano. Como tenía que ser, con el triunfo de Pepe, el Napoleón de los realities, el tío del pijama (son como los de la serie Ramón y Cajal, o sea, que quizá sea un homenaje a Cuba y a su amigo Dayron, a quien va a dar la mitad del premio). Podrá caer mejor o peor pero da toda la impresión de no ser un representante de la especie de borderlines que llevan tres años ganando. Ni duda de que el programa arrasó en la noche del domingo pero técnicamente la final fue un pelín desastrosa. Ejemplo, el momento en que Mercedes Milá daba el nombre del agraciado. “El ganador de la séptima edición de GH es…”. Tic, tac, tic, tac. Noniano, niaaano. Lápiz y papel. A Pepe y a Javi les habría dado tiempo a leerse La historia de Genji (o las obras completas de Mortadelo y Filemón). Al rato apareció en el cielo el nombre de Pepe. Luego estuvo esa idea absurda de subirlos en una grúa y atarles un arnés para tirarlos en una cortísima tirolina. Televisivamente todo eso no tenía sentido. Pero Inma sí. Qué tía. Ya la habíamos visto en Salsa Rosa enfrentándose a Dayron (qué bueno cuando uno del sanedrín pregunta al cubano qué es lo primero que se le viene a la cabeza cuando piensa en Inma y alguien del público gritó: “Fea”). Lo bueno de esta chica, mezcla de Stella Dallas, el demonio de Tasmania y Belén Esteban, es que le da igual a quién tenga enfrente. Ha habido muchos maleducados en la casa que cuando llegaban delante de la Milá no paraban de hacerle la pelota. Inma, no. Vuelve la Milá a recordarle lo mal que había quedado como pitonisa y la rubia: “¿Cuántas veces lo vas a repetir?”. Siempre contestándole (contestar era una cosa que de pequeñas nos decía que estaba muy feo). Otra. MM a Raquel Abad: “Mira tu amiga qué guapa está, de la fábrica de Titanlux…”. Y salta Inma: “A la de Valentine”. Y Milá: “No a la de Valentine no, a las fantásticas maquilladoras de Telecinco”. Ambas forman una pareja muy divertida. No me extraña que en una entrevista que sale este mes en Vanidad, Alaska y Mario Vaquerizo digan que su personaje televisivo favorito es Inma. El mío también, aunque a veces dudo entre ella y el corresponsal en NY de Antena 3. Hemeroteca Comentarios Rosa Belmonte el 06 feb, 2006