Sentiré mucho que echen a Sofía Cristo o a Rebecca Loos de Supervivientes. Vamos, que no hay gente ahí para largar. Por ejemplo, el del turbo pelotero (se demuestra, algo obvio, por otra parte, que se pueden subir ochomiles y ser un botarate). Tan envidioso el tío, sin ocultarlo, de Nilo Manrique, que es el hombre para todo y para todas del programa (una joya, tú, hace de todo y es amable). Por otro lado, sufro por la pobre (e ignorante) Raquel Bollo, que no puede estar en los platós para defender a la Pantoja, que ahora necesitaría a todos sus activos mediáticos (Chelo García Cortés y Luis Rollán, periodistas de cámara, no dan abasto).
Eso sí, puestos a elegir entre las dos chicas, que se quede Sofía. No por ella, por su madre, doña Bárbara Rey (la persona con mayor fluidez verbal de la tele en dura competencia con Bibiana Fernández; todo lo que tienen de altas lo tienen de lengua). Bárbara Rey se está sacando su dinerito yendo de plató en plató para defender a su hija y si sale la niña se le va a acabar el chollo y a nosotros el rollo. Bárbara Rey siempre funciona en un plató (como la gran Concha Velasco, que estuvo enorme el otro día con Santiago Segura en Sabías a lo que venías). Por cierto, inciso. Segura le puso un vídeo donde Tony Leblanc, José Luis López Vázquez y Manolo Escobar la piropeaban. El inciso viene por Manolo Escobar, por su hija (pequeña Vanesa me basta mirarte para ser feliz), que es reportera de Las mañanas de Cuatro. Lo que me pregunto es qué demonios hacía el martes en un directo desde la puerta de la casa de la Pantoja. Que es la hija de Manolo Escobar, ¿es que no había otra para mandar ahí? Fin del inciso folclórico y coplero. Y sigo con Supervivientes. Siento mucho que se tenga que ir la Loos (espero), pero lo que se tercia ahora es salvar a Bárbara Rey.
Otra cosa. El poco tiempo y la estupefacción me han impedido hablar de uno de los próximos estrenos de TVE. El día en que Ana Blanco, al final del Telediario, dio paso a una pieza sobre la nueva serie de Arturo Fernández me quedé sin habla. Es (parece) todo lo que uno puede pensar de una serie de Arturo Fernández, que además se dobla en dos personajes. Como si con uno no fuera suficiente. Creo que la estupenda Ana Blanco también se quedó sin habla después de ver unos fragmentos pero tuvo que despedir el Telediario. De todas maneras, pese a que lo que vi ya me pareció suficiente, voy a ser prudente (no vaya a ser que de puro disparate, como lo de las camas de Noche de Fiesta, sea una perla). Algo sí puedo decir antes de observarla con detenimiento y paciencia. Se llama Como el perro y el gato. Si hubiera alguien con memoria en la cadena (lo mismo les da igual) tendría que haber caído en que ya han emitido una serie británica con ese título, aunque en el original se llamara Dempsey and Makepeace, sobre una pareja mixta de detectives (mixta de género y de nacionalidades). El estreno es el 24 de mayo y cuento los días que faltan porque no doy credito.
Hemeroteca