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Blogs Enciende y Vámonos por Rosa Belmonte

De nada un poco

Rosa Belmonte el

Retorno a Belén


Cuando el otro día escribí sobre Belén Esteban en el Sálvame DeLuxe (lo enlazo y lo copio abajo), también hice referencia al gran shock de la noche, que fue Manolo Otero en DEC.  Porque Belén era Belén. Mejorada pero ya está. Y no ha sido el de la operación el mejor episodio de la serie que es ella misma (el del Defensor del Menor sigue estando en el top Belén). Pero lo del ex de la Cantudo… Me pareció que Manolo Otero se parecía más a Joel Grey de mayor (bueno, una mezcla entre Pepe Rubio y Joel Grey) que a Manolo Otero. Eso siendo comedida. En realidad, dado su aspecto de conductor de Cuentos de la Cripta, todas sus revelaciones eran un poco del tipo para lo que me queda estar en el convento… Viéndolo te acuerdas de lo que Jorge Javier Vázquez decía a Belén y recordaba el viernes (lo de que así, con esa cara, no se puede salir en televisión).


El caso es que dos días después, van y ponen en Fox el episodio de Anatomía de Grey en el que sale el actor de Cabaret (y el fascinante doble de Ron Rifkin en Alias). También es el episodio donde mi adorada Kim Raver se incorpora como diosa del cardio. A continuación, en House, otra estrella invitada, Joshua Malina, a quien también hemos visto en Al descubierto gracias a la recomendación de Mary McCormack (antiguo ligue, nunca he sabido por qué, en El Ala Oeste). Ha sido un fin de semana de relaciones y gente que sale en todos sitios. Más joven y más mayor. El jueves acabó Cuéntame (Dios, qué asco, cómo besan los adolescentes: Carlitos es como ese novio que tenía Charlotte en Sexo en Nueva York y que la babeaba como un perro). Pero lo que más me gustó fue la presencia de Anne Marie Rosier. Es Marie Chantal, la ex de Echanove. Pero sobre todo es la Jacinta de Vaya par de gemelas y la Raquel de Sí al amor, la buenorra francesa que llamaba chérie  (sheguiiiiií) a Lina Morgan. Qué tiempos televisivos. Sobre todo de audiencias estratosféricas de veinte millones de espectadores riendo con Lina Morgan y los suyos. Y una de las suyas era Amelia Aparicio, claro, la madre de Manolo Otero.


Pero tengo más relaciónes. En Cuéntame veían en la tele a Enrique y Ana. Y el sábado en La noria, salió Enrique. En el debate sobre cirugía plástica, donde también estaba como estrella Belén Esteban. Se debe a La fábrica de la tele. Ya lo dijo el viernes (“Cuando estaba en Sabor a ti me hice diez o doce Dónde estás corazón”). Lo divertido del debate eran sus participantes: Pilar Eyre, Enrique, la monja de La casa de tu vida… Para sentarse ahí parece que había que presentar credenciales de bisturí.


Y algún apunte de Vaya Tropa, el estreno de Cuatro. Nada nuevo. Ya sabíamos que el programa de humor venía del equipo de Vaya semanita (de la segunda etapa de Vaya semanita). De hecho, hubo algún sketch (como el del traductor) que ya recordaba haber visto. El espacio tira a irregular con sus puntazos (como Vaya semanita). El monólogo inicial de Arturo Valls (y el plató) me asustaron un poco pero luego hubo algunas cosas sueltas que tuvieron gracia (o que me la hicieron a mí). Algo del Morbotour, la subasta del contrato temporal, la cruel referencia a la nueva nariz de Belén Esteban (“para lo que le va a durar”), la reunión para el atentado/asalto a Obama, parte del cuento de El traje nuevo de Marina D’Or, la reggeatuna y los hiphoteros y la pieza de ‘¿Y si el cine español fuera tan comercial como el americano’, con las chicas que llevaban la carpeta forrada con Alfredo Landa y gritaban como locas al paso de Garci.





(Como he dicho, copio lo de Belén Esteban)


RETORNO A BELÉN




Una vez, Oprah Winfrey regaló coches al público de su programa. A todos. El viernes, en ‘Sálvame Deluxe’, los espectadores recibieron un jamón. Y a Belén Esteban en carne retocada durante una hora y 40 minutos. El fenómeno de su reaparición podría ser un añadido de ‘La sociedad del espectáculo’ del filósofo Guy Debord (del capítulo ‘El proletariado como sujeto y como representación’). Pero en realidad no fue más que otra aventura de ‘Belén Broadcast’. Hay quien sostiene que vive de Jesulín de Ubrique, que sería lo mismo que decir que Isabel Preysler vive de Julio Iglesias. Error. Belén genera sus propias noticias (aunque necesite secundarios). Da igual si se trata de su boda, de un ingreso hospitalario, de la comunión de su hija, de la intervención del Defensor del Menor («Ni que fuera yo Bin Laden») o de su reciente operación de cirugía plástica.


 


Ha quedado niquelada. Mejor en movimiento que en las fotos de los ejemplares agotados de ‘Lecturas’. Si la primera impresión fue de rubia pija, eso desapareció cuando empezó a hablar de corrido y a repartir estopa (corte de mangas al padre de María José Campanario, que la había llamado «la ‘drogata’ esa que tiene la nariz ‘toacomía»). Ante el sanedrín habitual del programa (Kiko, Lydia, Karmele, Mila, Venenito y, por supuesto, Jorge Javier) Belén era Belén. La de siempre. Como nos hemos vuelto locos del todo, parece que había quien pensaba que se había ido como Stephanie Harper e iba a volver como Tara Wells, la de ‘Retorno a Edén’. Pero a Belén no le habían mordido cocodrilos australianos. Sólo se había dete… «¿Cómo se dice?», preguntó en el programa. «Deteriorado. Eso».


 


Han desaparecido las bolsas de los ojos (pero no las patas de gallo); la nariz ya no es la de Poli Díaz, y le han rellenado el surco nasogeniano (con lo que se le han elevado las comisuras de los labios, que no se ha tocado en esta ocasión). Pero no se ha operado ni la caída de ojos ni el «¿me entiendes?» ni el andar mal con tacones ni los ojos saltones. Alberto Cerdán, el peluquero («¡Qué huevos!», soltó Lydia Lozano), demostró que podía estar más fea con sólo ponerle el peinado de Encarnita Polo. Belén prefiere el pelo largo («A mí es que me gusta que mi marido me agarre de los pelos»). Cerdán, como otros, incluido un psicólogo clínico, engordaron un programa de diva absoluta (Carmen Martínez-Bordiú, con lo que ha costado, estuvo de telonera). Una reportera con el ‘Lecturas’ fue preguntando a los famosos en un acto público qué les parecía su nueva cara. Concha García Campoy, Carmen Alborch, Bimba Bosé… todas imbuidas de cultura popular y opinando. Cuando le preguntaron a Gonzalo Miró, dijo: «Yo, es que no es mi parcela». Claro, porque él nunca ha salido con una reoperada. ¿Y cuál es su parcela? ¿La física de partículas elementales y la teoría electrodébil?


 






En ‘DEC’ ni Darek, ni Mari Cielo Pajares, ni -cielos- Manolo Otero (cómo se estropean los cuerpos, si parecía Joel Grey) pudieron con ‘huracán Esteban’. ‘Sálvame Deluxe’ hizo un 26% de ‘share’, con 3.147.000 espectadores (máximo del programa). DEC, un 9,7% con 1.165.000 espectadores (mínimo). No es que los otros sean ‘Redes’, pero ganó la España de los jamones. La parcela de Belén Esteban. Qué pena que Rafael Azcona esté muerto.






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