Contró, contró

Si Antena 3 hubiera puesto Sin Rastro ahí me habría tenido. Pero como la ha congelado otra vez, después de asomar la patita de una nueva temporada, no me quedó más remedio que tragarme en vivo y en directo Fuera de control (con saltos a GH, la salida de la borderline y la entrada de la tigresa/elefanta/chapeau la esmirriau para tirar las fichas de dominó y luego gritar ‘zúuuuper, ¿he sido yo?, a lo Steve Urkel). Bueno, que la tele esa de Fuera de control parece Fitur, con sus stands y sus azafatas. Loles León hace de Paloma Cuesta (también hacía de Paloma Cuesta en Átame, sólo que entonces no sabíamos el nombre). Rocío Madrid hace de morena tonta, estereotipo que ella va a poner de moda y para lo cual tampoco es que tenga que actuar mucho (realismo interpretativo). Marta Ribera (que pasó fugazmente por Un paso adelante) canta, como la secretaria de Ally McBeal. Las cintas vuelan, como en Al filo de la noticia (como en ésta, los presentadores también sudan). La música funciona como en otras series de Globomedia (esas Lágrimas Negras sonando mientras Amparo Larrañaga iba por la calle recordaba demasiado algunos finales de Periodistas). Y se grita mucho, mucho, mucho. Una teleserie española. Ni más, ni menos. Lo que tendría que hacer Pedro Mari Sánchez es poner petardos, que en eso tiene experiencia. Que no, que no se parece a Murphy Brown ni a La chica de la tele. Se parece a una serie de Globomedia. Hay a quienes les gustan.