ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Protocolo y etiqueta por Maira Álvarez

Pablo Iglesias, “el desaliñao”

Maira Álvarez el

 

 

Tremendo éxito el que tuvo ayer el programa de El Hormiguero con Pablo Iglesias como entrevistado. Habló, cantó y podó un árbol cargándose la monarquía y la iglesia de un plumazo como si fuese un dios absoluto (ni Robespierre en la Revolución Francesa). Eso sí, luego regala DVD´s al Rey Felipe VI y proclama que va “a muerte con el Papa”.

Quitando sus mensajes, no hay que olvidar que estamos en plena campaña electoral, yo me fijé más en su atuendo. Y sí, una vez más, llevaba EL atuendo. A Pablo Iglesias alguien le debió recomendar un día llevar camisa blanca con vaqueros gastados a la piedra y cinturón y deportivas negras, y desde entonces lo viste religiosamente. (o laicamente).

 

De mitin en el 2014 con la misma ropa

 

Visitando el muro de las lamentaciones en Jerusalén, con el mismo conjunto

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Desconozco si la camisa blanca de ayer era de 198, marca a la que tanto él como Monedero y otros miembros de Podemos parecen estar abonados. En la propia web de esta marca se puede leer “Podemos, partido que lucha por un cambio y devolver la ilusión a los españoles, es muy semejante a los ideales de esta marca de ropa. Así, 198 se ha convertido en un signo de lucha y reivindicación. 198 es la marca de ropa de todos aquellos que saben que el cambio es necesario y pelean con alegría por ello”.

Pablo siempre ha tenido una imagen desaliñada, que para él debe ser progre y muy representativa de los antisistemas. Desde que se erigió portavoz de los indignados, rara es la vez que no se le ve vestido de la misma manera: o con polos o con camisas desabrochadas y con las mangas arremangadas. A veces combina estas camisas con las dos corbatas que tiene en su casa, una negra y una roja, pero son contadas las ocasiones. Iglesias dice con su imagen que él no es como los demás. Aunque quiera aportar frescura con su camisa blanca, su mensaje no llega. Y no es cuestión de vestir camisas de marca o de Alcampo.

Reto a los lectores que me encuentren y envíen una foto con el señor Iglesias vestido en traje y corbata o con una simple americana. Yo llevo horas buceando en la red y lo más que he encontrado son chaquetas tipo bomber. Y luego esta foto que él mismo colgó en su Twitter y que no me saco de la cabeza…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Es cierto que el portavoz de Podemos comunica con su poderosa oratoria, y que muchos dirán que la imagen no importa y las acciones sí. Que el verbo se hace caminando, pero no nos engañemos: La apariencia es una de las claves del lenguaje visual más impactantes. Jorge Lozano, semiólogo español dijo una vez “la moda transforma lo insignificante en significativo”.

Mismo pantalón y cinturón?

No es cuestión de ser clasistas, pero todos sabemos que debemos vestir de cierta manera si queremos transmitir algo. No es lo mismo salir de cañas que acudir a una entrevista de trabajo. Me imagino a Pablo vistiéndose para ligar… y seguro que le pone el mismo empeño que yendo a ver a Rajoy. Mal asunto. Y eso que el mismo líder de Podemos dijo hace poco que “vestir bien es una manera de mandar un mensaje de respeto”.

 

Quitando su coleta, que es la clave de su estética, Pablo Iglesias es un hombre joven, delgado, y no sabe vestirse. Él mismo lo reconoce en su cuenta de Twitter, alabando un libro de Patrycia Centeno, experta en etiqueta política y que nos visitará próximamente en este blog.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Iglesias no camina recto, sino ligeramente encorvado. No tiene una postura firme y estable de líder, no impone respeto. Con sus gestos, tan descuidados y “cercanos” como sentarse abriendo las piernas, no puede parecer un hombre dominante.

Ya no es cuestión de imagen, sino de poder de atracción y convocatoria. No irradia masculinidad ni carisma. (y el poder de oratoria lo pierde también cuando insulta a otras personas, como ya ha hecho alguna vez).

Esa perilla rodeada de una barba rala le hace parecer aún más descuidado e insulso. Quizá por eso triunfa la imagen de Albert Rivera, otro representante joven y con apariencia más cuidada aunque no formal. Podría  incluso copiar la de su compañero Íñigo Errejón, cada vez más elegante en sus apariciones televisivas.

La imagen de Iglesias no gusta porque si Pablo ganase las elecciones el 20D, sería el presidente del gobierno de España, es decir, representaría a nuestra nación. Y no quiero que este hombre  desaliñado sea la imagen de mi país. No da confianza. Ni atrae. No dan ganas de invertir. Ni de venir a España por vacaciones.

 

Iglesias dijo una vez que considera a Pedro Sánchez, líder del PSOE un pijo por la forma de hablar y de vestirse… ¿cómo se verá a él mismo entonces?

 

 

 

 

 

Etiqueta

Tags

Maira Álvarez el

Entradas más recientes