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Blogs Pido la palabra por Paloma Cervilla

La muerte de Rita rompe el alma del PP

La muerte de Rita rompe el alma del PP
Paloma Cervilla el

Que en el Partido Popular hace mucho tiempo que hay dos almas, nadie lo duda: la de los “pata negra”, la “vieja guardia”, como Rajoy y Cospedal; y la de los jóvenes cachorros, como Maroto, Casado y Levy. Que la distancia entre unos y otros se ha ido haciendo cada vez más grande, a medida que estos últimos renegaban de la trayectoria de muchos, como Rita Barberá, que, con sus defectos, han construido lo que es hoy el PP, tampoco hay duda. Y que esta diferencia ha roto el alma del PP, tras la muerte de la exalcaldesa de Valencia, tampoco es objeto de discusión, es una realidad.

Llegados a este punto, al PP no le queda más remedio que cerrar heridas y reconstruir su discurso contra las acusaciones de corrupción que afectan a dirigentes, y no dejarse llevar por el tsunami desbocado del populismo, de las acusaciones sin pruebas,  que los ha arrastrado a alinearse con el enemigo en contra de los suyos. El miedo a la opinión pública, el miedo a perder votos, los ha hecho caer en la trampa de la declaración fácil, de la acusación gratuita, sin reparar que lo hacían contra una de las suyas.

El mismo día que el PSOE salía en tromba a defender a Cháves y Griñán en un modélico cierre de filas hasta que no haya una sentencia condenatoria, en el PP estos jóvenes dirigentes arremetían contra Rita Barberá. Más de un teléfono de estos vicesecretarios de la nueva hornada sonó ese día y detrás de él una voz con autoridad en el partido les recriminó su actitud.

Esto se veía venir porque parte de la cúpula del PP nunca compartió los modos de “los Maroto, Casado y Levy”, como dice Rajoy. Frente a ellos, el dique de la dignidad moral del PP tuvo que levantarlo la secretaria general María Dolores de Cospedal, que siempre ha sostenido que a ella le corresponde defender a todo el partido, como ya hizo en los años de plomo del acoso de Luis Bárcenas, contra ella misma y contra todo el PP.

El tiempo le ha dado la razón a Cospedal, y ahora en el seno del PP se le reconoce su defensa cerrada de Rita Barberá, su valentía de nadar contra corriente de la opinión pública y su firmeza frente a aquellos que trataban de hacer ver que el PP es un partido corrupto, y no lo que es cierto, que ha habido dirigentes corruptos que se han aprovechado de sus siglas.

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