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Blogs Las aventuras de una madre primeriza por Teresa Zafra

El misterioso caso de la barriga cambiante

Teresa Zafra el
Lo que comenzó siendo tan solo una leve sospecha, ha terminado por convertirse en una verdad incuestionable: el tamaño de mi barriga cambia por días, y no me refiero sólo a que crezca de forma continúa, sino a que hay días en los que parece más grande y otros días posteriores en los que parece ser más pequeña.
 
Lo noto yo y lo nota la gente: alguien me dice el lunes que tengo un barrigón, y el miércoles dos personas coinciden en comentarme que no parece para nada que esté embarazada de tantas semanas.
 
El caso es que yo soy una persona científica, de las que se preocupan mucho por llegar hasta el origen de las cosas. Así, he llegado a la conclusión de que aparte de que mi barriga pueda hincharse en días puntuales por cuestiones de índole física, como las digestiones pesadas o la posición de ese malabarista del circo del sol que tengo por futuro hijo, el punto clave  es la ropa.  La  indumentaria, sobre todo el corte de las prendas, condiciona el volumen que mi barriga muestra al mundo exterior.
 
Al llevar camisetas anchas puedo llegar a disimular el embarazo por completo. Eso sí, para el mundo exterior mi apariencia es la de una “señora gorda”.
 
Si me pongo camisetas ceñidas, la barriga se ve redondita y muy coqueta, pero con casi toda seguridad, se me marcarán mucho las caderas y, sobre todo, el pecho. El resultado: lo que podemos considerar cariñosamente una embarazada exhuberante.
 
Cuando llevo vestidos con el famoso “corte imperio” (por debajo del pecho), es cuando parezco una embarazada de dos meses más de los que estoy. Barrigón a tope, y un volumen de caderas y culo difícil de adivinar debajo del vestido pero, que en casi todos los casos, aparenta más volumen del real.
Este tipo de corte en los vestidos o camisetas lo que al final he acabado llamando el “antifemenino”. Al menos en mi primer y segundo trimestre, me veo mejor con cualquier otra cosa que con ese tipo de ropa.
Excepto algunos vestidos en colores oscuros (por aquello de que la ausencia de color nos hace parecer más delgados a todos los mortales)  voy a evitar todo el tiempo que pueda el corte imperio. Creo que las embarazadas tenemos opciones que nos favorecen más, o al menos que a mí me favorecen más.
Por supuesto, si cambio de opinión lo compartiré con vosotros, porque soy consciente de que puedo llegar a un punto en el que nada más me sirva y el corte imperio me salve de no poder salir a la calle por no tener ropa que me sirva.
 
Por cierto, mañana tengo comilona de inauguración de Tommy Mels en Valencia. ¿Disimulo barriga? ¿Saco el corte imperio del armario y voy a tope para que me den ración doble de brownie? Os contaré que he hecho en el próximo post!
PD: Para la que os interese el tema del cómo vestir en el embarazo, podéis encontrar inspiración en mi tablero de pinterest dedicado al tema.
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