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Blogs Terminal Cero por Luis Ayllón

Nueva mirada hacia Iberoamérica

Luis Ayllón el

No descubro nada al decir que si un país se ha empeñado en que las cumbres iberoamericanas se hayan mantenido sin interrupción en el tiempo ese ha sido España. Desde que en 1991 Felipe González y el entonces presidente mexicano, Jaime Salinas de Gortari, impulsaron la celebración de estas citas, ha habido 21 ediciones y España las ha acogido en dos ocasiones (Madrid, 1992, Salamanca, 2005), a las que se añadirá ahora en noviembre la de Cádiz. Tanto González como José María Aznar pusieron la relación con Iberoamérica entre sus prioridades, con distintos acentos. No se puede decir lo mismo de José Luis Rodríguez Zapatero, que, en sus casi ocho años de Gobierno, no llegó a visitar todos los países de la región, e incluso se saltó la asistencia a una de las cumbres (Mar del Plata, en 2010)

   Ahora, Rajoy, que debutará en una cumbre iberoamericana, tiene ante si un reto, que es establecer una nueva relación de España con América Latina, no sólo política, sino también económica. La situación ha cambiado sensiblemente en los últimos años. España, lo mismo que Portugal, viven una profunda crisis económica, mientras al otro lado del Atlántico las naciones hermanas han aguantado mucho mejor el tipo y están en la senda del crecimiento, hasta el punto de que esa corriente migratoria que iba desde allá hacia acá en las últimas décadas ha comenzado a invertirse. Los españoles buscan ya trabajo en Iberoamérica ante las escasas perspectivas de lograrlo en su país y las empresas españolas han vuelto también la mirada hacia aquel continente.

   Hasta ahora fueron las grandes empresas  –Telefónica, Repsol, Endesa, Santander, BBVA, etc- las que invirtieron en Iberoamérica, incluso en momentos duros en la región. Recuerden la cantidad de veces que nuestros gobernantes decían ante sus colegas iberoamericanos que las compañías españolas estaban allí para quedarse y que no habían salido huyendo ni siquiera cuando algunos países -en ejercicio de su soberanía, aunque en ocasiones con artes poco deseables- endurecieron las condiciones de estancia y limitaron sus beneficios. Como acaba de decir el secretario de Estado para Iberoamérica, Jesús Gracia, “España es un aliado fiable y sólido, que ha estado en las buenas y en las malas”.

   En estos momentos, son las pequeñas y medianas empresas (pymes) las que se plantean buscarse un futuro en América Latina. Algunas ya lo hacen, como se puso de manifiesto en la Feria IMEX celebrada a finales del pasado mes de abril. Por eso, resulta bastante oportuno que uno de los asuntos que se aborden en la Cumbre de Cádiz sea la relación entre las pymes de uno y otro lado, con la idea de favorecer la implantación de las empresas españolas y portuguesas en aquella región y de las iberoamericanas en la península ibérica. Después de todo, nada resulta más natural, teniendo en cuenta la comunidad de lengua y los lazos históricos.

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Luis Ayllón el

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