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Mandar o no tropas a República Centroafricana

Mandar o no tropas a República Centroafricana
Luis Ayllón el

El Gobierno vuelve a enfrentarse a la necesidad de tomar una decisión sobre el envío de tropas a un país en conflicto dentro de una misión internacional. Ahora se trata de la República Centroafricana, un país sumido en un conflicto interreligioso, que ya ha provocado 2.000 muertos y que corre el riesgo de intensificarse y extenderse a otros países de la región, si no se produce pronto la actuación internacional. España ya puso a disposición de Francia un avión Hércules para el transporte de tropas, cuando el país galo decidió una intervención de urgencia para frenar los enfrentamientos que se estaban registrando sobre todo en Bangui, la capital centroafricana.

Ahora, después de que la Unión Europea haya decidido enviar un contingente de entre 500 y 1.000 soldados, contando con la bendición del Consejo de Seguridad de la ONU, España tendrá que pronunciarse en la Conferencia de Generación de Fuerzas, que va a tener lugar el 10 de febrero. Hace días, el jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante Fernando García Sánchez, aseguró que no habría presencia española en ese contingente.

La afirmación del JEMAD, sin embargo, ha sorprendido en Exteriores, en Moncloa y, al parecer, también en el propio Ministerio de Defensa, y alguna reconvención se ha llevado el almirante, porque la decisión no ha sido adoptada aún.

No es la primera vez que la participación en misiones internacionales provoca este tipo de cortocircuitos en el Gobierno de Mariano Rajoy, debido, sobre todo, a las distintas sensibilidades de quienes pueden influir en la toma de decisiones. Ya ocurrió el año pasado cuando Francia emprendió la operación para frenar el avance de los terroristas de Al Qaida en Mali, algo en lo que España estaba muy interesada dada la cercanía a nuestras costas de ese país africano. Pese a ese interés, el Gobierno arrastró los pies a la hora de poner a disposición de los franceses un avión para transporte de tropas. Pesó entonces, sin duda, el hecho de que era la primera vez que Rajoy iba a autorizar el envío de tropas al exterior, pero hubo demasiados titubeos e incluso algunas actuaciones poco comprensibles como las trabas para conceder sobrevuelos por España a aviones de otros países europeos que se dirigían a Mali.

Finalmente, un “Hércules”, con su tripulación fue destacado a Dakar, en apoyo de los franceses, pero las dudas volvieron cuando Francia pidió a España su participación para dar protección militar a los instructores del Ejército maliense, en Kulikuró, dentro de EUTM, la misión de formación de la Unión Europea. Primero se ofreció, con reticencias, una sección de treinta hombres, para terminar, con el tiempo, después de negativas y desmentidos, aportando otra segunda sección.

Los titubeos, que se repiten ahora en el caso de la República Centroafricana, no hacen más que minar la imagen del apoyo español a este tipo de misiones. Sería conveniente una mayor coordinación y celeridad en la toma de decisiones, algo que, incluso ha pedido la oposición socialista, un elemento que debería contribuir a despejar temores.

República Centroafricana

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