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Maduro y las buenas intenciones de Zapatero

Maduro y las buenas intenciones de Zapatero
Luis Ayllón el

Lo siento, pero no puedo dejar de pensar que José Luis Rodríguez Zapatero está siendo descaradamente utilizado por Nicolás Maduro en su intento por perpetuarse en el poder.

 

No dudo de las buenas intenciones del ex presidente del Gobierno, que siempre ha sido un ferviente partidario del diálogo y de quien tengo la impresión que quiere convertirse en una especia de Jimmy Carter bis. Pero cuando uno se pone a disposición de un personaje como Maduro ha de saber que eso tiene sus peligros.

 

Resulta curioso que después de que otras personalidades como el ex presidente del Gobierno Felipe González, o, más recientemente, el líder de ciudadanos, Albert Rivera, hayan intentado entrevistarse con Leopoldo López en la cárcel y no se les haya permitido, ahora Zapatero tenga abiertas de par en par las puertas de la prisión de Ramo Verde, para reunirse con el opositor encarcelado por Maduro. Toda una sorpresa, como ha comentado el padre de Leopoldo López.

 

Es decir, Maduro permite un contacto que sabe que no va a ir seguido de una proclamación que denuncie sus arbitrariedades. No en vano, antes ha hablado con Zapatero y le habrá puesto una serie de condiciones para poder verse con Leopoldo López.

 

Zapatero está formalmente inmerso en un proceso en busca de un diálogo que incluso el Gobierno español no ve con malos ojos, porque, posiblemente, es la única salida para evitar un conflicto violento en una Venezuela cada vez más dividida. De ahí que, si quiere tener éxito ha de mostrarse cauto a la hora de hacer declaraciones. Que nadie espere que arremeta contra el chavismo. Pero eso no debería ser obstáculo para que reclamara algo tan esencial como que el Gobierno bolivariano respete la Constitución que él mismo ha promovido y deje de utilizar al Tribunal Supremo -sometido a su control- para impedir la celebración de un referéndum revocatorio, como reclama la oposición y casi dos millones de firmantes venezolanos.

 

Eso es lo que le pidieron hace sólo unos días en un debate en casa América tanto Felipe González como el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo. El ex presidente insistió en que es urgente que se entable ese diálogo porque Venezuela no puede aguantar más la situación de crisis en la que vive. Y dijo también que para que ese diálogo produzca frutos es necesario que los encarcelados recobren la libertad. Y eso es algo que también debería escucharse de la boca de Zapatero, para desterrar cualquier idea de que es un mero títere en manos de Maduro.

 

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