La Alianza de la Navidad
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Saco esto a colación, con permiso del lector, porque en la cercanÃa de las fechas de Navidad, vivimos momentos en que, para algunos, cualquier cosa que recuerde el Nacimiento, la Muerte o la Resurrección de Jesús, debe ser proscrito o, al menos, escondido en aras del diálogo y la convivencia con quienes profesan una fe distinta de la cristiana. Lo curioso es que cuando se invoca el respeto a otras creencias para retirar los crucifijos de las aulas o los belenes de los centros escolares, no suelen ser, por ejemplo, los musulmanes los que se sienten molestos. Es lógico. A mÃ, como cristiano, tampoco me molesta que en un colegio o en un centro público de un paÃs musulmán haya algún signo que recuerde a Mahoma. Y he podido viajar por bastantes paÃses musulmanes, en muchos de los cuales, no es que las cosas sean precisamente fáciles para los cristianos que viven allÃ.
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Las iniciativas abolicionistas suelen venir de algunos cristianos que normalmente tiene una fe débil o que hacen alardes de un laicismo con el que pretenden erradicar cualquier tipo de referencia a Dios en la vida pública relegándola a la esfera de lo privado, como si el cristiano no tuviera el mismo derecho que los demás a que sus ideas sean tenidas en cuenta. No está lejano todavÃa el debate que se mantuvo durante la elaboración del Tratado Constitucional de la UE, el Tratado de Lisboa, que ahora acaba de entrar en vigor, sobre la conveniencia o no de incluir en el preámbulo una referencia a las raÃces cristianas de Europa. Las presiones de unos y los complejos de otros impidieron que se plasmara sobre el papel lo que es una realidad. Y si no, ¿qué es lo que estamos celebrando estos dÃas, todos, sin excepción, a lo largo y ancho del Viejo Continente? Esa si es una auténtica Alianza. Les deseo una Feliz Navidad.
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PolÃtica Exterior