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España-Francia, un paso más: ahora, la interconexión eléctrica

España-Francia, un paso más: ahora, la interconexión eléctrica
Luis Ayllón el

El viernes, día 20, se hará realidad una vieja aspiración de España: aumentar de manera sensible la interconexión eléctrica con Francia. Han tenido que pasar treinta años y continuos reclamos a Francia por parte de los distintos gobiernos españoles para vencer las reticencias galas a poner en marcha unas infraestructuras consideradas vitales para nuestro país.

Las autoridades españolas, incluidas el actual embajador en París, Ramón de Miguel, acusaron a Francia de querer evitar el acceso al mercado europeo de las energías españolas, más limpias, con el fin de mantener el monopolio de la Compañía Eléctrica Francesa. El Gobierno francés rechazó esas acusaciones y ahora quiere demostrar que no tiene inconveniente en que aumente la capacidad de interconexión. Su primer ministro, Manuel Valls, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, van a estar presentes el viernes en el acto de inauguración del enlace, muy cerca de la localidad francesa de Perpignan.

Gracias a la nueva conexión, que une Santa Llogaia, en Girona, y Baixàs, en Francia (64, 5 kilómetros de línea soterrada) y que ha costado 700 millones de euros, se duplicará la capacidad de intercambio entre los dos países. Se pasa de 1.400 a 2.800 megavatios; es decir del 3 al 6 por ciento de la demanda, lejos aún del objetivo del 10 por ciento fijado por la UE para el 2020.

El Gobierno español recibió con satisfacción el anuncio del Plan Juncker, que hace especial hincapié en las interconexiones y, cuando llegó la hora de las demandas de ayudas europeas, pidió más de 25.000 millones de euros para distintos planes energéticos, de ellos 15.000 fundamentalmente para las conexiones eléctrica a través de los Pirineos.

De hecho, España y Francia planean desarrollar varios proyectos más, por distintos puntos, aunque sólo se está trabajando en uno de ellos: la conexión submarina a través del Golfo de Vizcaya, con una potencia de 2.000 megavatios y una inversión estimada de entre 1.600 y 1.900 millones de euros, y que, en el mejor de los casos no estaría en funcionamiento hasta 2020.

En España se confía en que, con una mayor capacidad de interconexión, se podría exportar el excedente de producción de las renovables españolas, al tiempo que se lograría una bajada en los precios de la electricidad. Al menos, esa es la teoría.

Lo cierto, en cualquier caso, es que, con el acto del viernes, se da un paso más –y muy importante- en el estrechamiento de las relaciones entre los dos países vecinos, que ya hace algunos años supieron pasar por encima de nacionalismos, reforzando de manera clara su cooperación en materia de lucha contra el terrorismo.

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Luis Ayllón el

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