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Muere a los 61 años Devilfish, el «matón» del póker británico

Muere a los 61 años Devilfish, el «matón» del póker británico
Federico Marín Bellón el

Dave «Devilfish» Ulliott,  la mayor estrella del póker británico, según «The Telegraph», falleció el pasado lunes, dos días después de cumplir 61 años y tras una larga batalla contra el cáncer. El jugador, un fijo en los programas de televisión especializados, ayudó a popularizar el juego en Gran Bretaña. Otros grandes medios, como The Guardian, también han informado de la muerte de esta figura, que aprendió a jugar en la cárcel. Ganador de un brazalete de campeón en las Series Mundiales de Póker, a lo largo de su carrera consiguió más de cinco millones de euros en premios.

Desde finales del siglo XX, Ulliott era una de las estrellas del programa de Channel 4 «Late Night Poker». Sus gafas de sol de color naranja y sus dos «anillacos» dobles en cada mano, con las leyendas «Devil» y «Fish», un homenaje probablemente consciente al Robert Mitchum de «La noche del cazador», terminaron de moldear su figura. Su forma de jugar inspiró a toda una generación de locos del naipe. Sus «antecedentes» o convertían además en una especie de matón con gran capacidad para intimidar, arma que no dudaba utilizar en los tapetes.

Algunos medios lo enterraron antes de tiempo el pasado mes de marzo (su hija tuvo que salir a desmentirlo en Facebook), pero Ulliott sucumbió al final debido al cáncer de colon que padecía. Antonio Romero ha escrito en Poker Red una interesante necrológica, en la que narra la «azarosa y vibrante» vida del jugador.

Devilfish y su anillo «malo»

Procedente de una familia humilde (era hijo de un conductor de camión), Devilfish abandonó los estudios a los 15 años. Cada vez más aficionado a la vida nocturna, su padre llegó a expulsarlo de casa. A los veinte, alguien le convenció para meterse en un turbio negocio. Formaba parte de una banda que se dedicaba a reventar cajas fuertes y alguien les ofreció la suya con idea de cobrar luego el seguro. La estafa salió mal, por supuesto, y pasó nueve meses en la cárcel. No serían los últimos.

Su carácter pendenciero lo condujo años después a una pelea que le costó otros 18 meses en prisión. Al salir, se libró de milagro de meterse en un problema aún mayor y decidió enderezar su vida. «No hay nada grandioso en estar encerrado 23 horas al día y mear en un cubo», confesó alguna vez. Con ayuda de su segunda mujer, puso una tienda de empeños que se convirtió en un éxito. Por si fuera poco, en la mesas de juego también empezaba a arrasar, con su característico estilo hiperagresivo.

Londres de le quedó pequeño y en 1997 dio el salto a Las Vegas, donde también triunfó enseguida y se ganó su apodo, la ocurrencia de un espectador que veía su mano a mano contra otra estrella, el jugador de origen vietnamita Men Nguyen «The Master». Lo de devilfish venía por un pez asiático venenoso que solo se atreven a cocinar los chefs japoneses más expertos, porque mal preparado puede resultar mortal. Ese año ganaría su brazalete. Otro de sus grandes títulos fue un torneo del World Poker Tour, en el que derrotó en el duelo final a Phil Ivey.

Dave Ulliott deja una esposa (la tercera, Anpaktita) y ocho hijos. Qué menos que un póker de churumbeles en cada mano.

Foto: PokerPlayer

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