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Caza de brujas en el Europeo femenino contra una supuesta tramposa

Caza de brujas en el Europeo femenino contra una supuesta tramposa
Federico Marín Bellón el

La paranoia sigue causando estragos en el mundo del ajedrez. En el Campeonato Femenino de Europa, que termina este domingo en Chakvi (Georgia), se ha vivido un episodio casi grotesco contra una de las jugadoras, acusada por varias de sus rivales de hacer trampas. La gran maestro femenina Mihaela Sandu, de Rumanía, empezó la competición con cinco victorias consecutivas, pese a su modesta fuerza teórica. Un grupo de ajedrecistas no tardaron en exigir a la organización que se tomaran medidas contra ella. No aportaron más pruebas que sus éxitos sobre el tablero, que en realidad se produjeron gracias a los errores de sus contrincantes. Los expertos que han analizado las partidas coinciden en que la rumana no utilizó ninguna ayuda. ¿Por qué no acusar a Sandu de hipnosis o brujería?

Mihaela Sandu, a la izquierda, derrotó en la tercera ronda a la promesa rusa de 16 años Aleksandra Goryachkina, que tuvo el buen gusto de no firmar las cartas. Foto: Chess24 / Federación de Georgia de Ajedrez

Casi más grave que hacer trampas es acusar a alguien inocente. En Chess24 mantienen la tesis de la caza de brujas. Mihaela Sandu, nacida en 1977 y con solo 2300 puntos Elo, es un perfecto ejemplo de víctima demonizada. Después de su espectacular arranque, varias jugadoras firmaron dos cartas pidiendo a los organizadores que adoptaran medidas extraordinarias contra ella. Es difícil luchar contra las trampas, pero es imposible excluir las sorpresas en el ajedrez. No parece aceptable que cada vez que un jugador gane a otro mejor se le eche encima una turba en busca de sangre.

Las presuntas víctimas reclamaban que las retransmisiones de las partidas por internet sufrieran un retraso de 15 minutos, para dificultar las ayudas externas, lo que fue firmado por 32 ajedrecistas. Menos de la mitad firmaron la segunda misiva, en la que pedían que las partidas de Sandu se excluyeran de las emisiones. Entre las que suscribían las protestas había nombres muy conocidos, como los de Alisa GalliamovaAnna Ushenina.

Los organizadores aceptaron la primera medida, pero rechazaron la segunda, que consideraban «injusta, insultante y capaz de crear presión» sobre la rumana, aunque en la sexta ronda dejaron de ofrecerse las jugadas de su partida de manera «misteriosa». En efecto, Sandu perdió después cuatro encuentros, tras sus cinco victorias iniciales. Algunos lo considerarán la prueba definitiva de que tuvo que abandonar sus prácticas sospechosas, cualesquiera que estas fueran. Ella se queja de la insoportable presión sufrida.

Los grandes maestros que han analizado las partidas, como Alexey DreevJan Gustafsoon y Nigel Short, concuerdan sin embargo, en que la chica no hizo nada irregular, salvo aprovecharse de los errores de sus rivales. La federación rumana ha acusado de acoso a las firmantes de las cartas de protesta. Su compañera de selección Irina Bulmaga escribió indignada: «Yo solía pensar que los ajedrecistas profesionales eran personas muy inteligentes y con una sensibilidad elevada y espíritu deportivo, y que como deportistas todos demostraban un alto nivel de juego limpio. Bien, supongo que no podía estar más equivocada».

En Chess-News, Dreev va más lejos que nadie en su análisis y asegura que puede probar «desde un punto de vista profesional» que Sandu no hizo trampas.  «Estoy más inclinado a acusar a Sandu de haber empleado la ayuda de un parapsicólogo», añadió con ironía, «puesto que es la única explicación posible a los terribles errores cometidos por muchas de sus oponentes en el tablero».

La propia Sandu ha acabado respondiendo a las acusaciones. La jugadora no perdona a las 15 firmantes de la segunda misiva de haber realizado un ataque «muy sucio», que ha dañado su nombre en el mundo del ajedrez de manera irreparable. Especialmente enfadada estaba con Natalia Zhukova, que aparece la primera en la lista de las que suscribieron el documento, justo antes de la partida entre ambas.

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