Sin demasiados preámbulos, hoy vamos a hablar de otras dos novelas recientes relacionadas con el ajedrez, «Tres peones negros en séptima», de José Luis Torrego, y «Reina Victoria Hotel», de Rafael Andarias.
Rafael Andarias, médico de Urgencias del Hospital de Dénia, fue noticia hace unas semanas por recuperarse del coronavirus después de tres semanas de lucha a vida o muerte en la UCI. En su novela, el ajedrez solo se trata de refilón; viene aquí a colación porque su autor es un gran impulsor de nuestro juego y artífice desde hace años de una tradición tan bonita como el ajedrez viviente de Jávea, que ya lleva nada menos que 23 ediciones.
«Tres peones negros en séptima», de José Luis Torrego, es un libro de relatos, todos ellos «en blanco y negro», que se hace aún más corto de lo que ya es. Su lectura es una delicia, que disfrutarán especialmente los conocedores de las 64 casillas, pero también quienes dominen 32 o incluso menos.
«Reina Victoria Hotel» (Ediciones Atlantis). La novela transcurre en los últimos días de la Guerra Civil, entre Madrid y Alicante. Un poco por casualidad, pude disfrutar entre estas dos ciudades la trama de intriga que traza el autor. Lo suyo habría sido intentar volver a los escenarios originales o lo quede de ellos, bien descritos por un evidente conocedor del territorio que pisan los personajes.
El mayor defecto del libro es fruto de una gran virtud: Andarias se ha documentado de forma tan exhaustiva que nos ilustra con sus descubrimientos a la menor ocasión. Esa exhibición de conocimiento hace que algún diálogo se torne explicativo, en detrimento del realismo. Problema menor.
La historia incrementa su interés a lo largo de sus 379 páginas y se detecta un afán del autor por resultar justo con todos los personajes, sin el habitual maniqueísmo de muchas historias bélicas. Pero sobre todo, los personajes se perfilan con nitidez en la mente del lector, sin necesidad de fatigosas descripciones. Abunda la palabra, pero también hay acción, trufada de conversaciones políticas que no causan fatiga.
«Tres peones negros en séptima» (Lastura Ediciones). Prologado por Antonio Gude, lo que ya es un indicio prometedor, el conjunto de relatos de José Luis Torrego se bebe a tragos cortos de una sentada. La prosa es elegante, propia de un autor al que se le notan las costuras de poeta. No sorprende que nos lleve a escenarios de ensueño, como el Café de la Régence de París. Entre los personajes tampoco faltan nombres sagrados como Anderssen y Steinitz.
En el corazón de cada historia anidan además posiciones fantásticas, celadas increíbles, estudios de ensueño y partidas con las que cualquier aficionado obtendrá gran placer, el placer de pensar y descubrir que la verdad a veces tiene forma de paradoja.
Plagiando al maestro Gude, se puede resumir el libro en una frase: «El ajedrez viene a cuento». También con esta atinada cita: «Como cualquier ajedrecista sabe, la fiebre de los escaques puede desaparecer durante años, pero siempre retorna con virulentas recaídas en los que fueron contagiados». Esperemos que el coronavirus no sea tan resistente como el ajedrez y la literatura.
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