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Blogs Madre no hay más que una por Gema Lendoiro

Vuelta al cole. Ahora sí que sí

Gema Lendoiro el

Menos de 48 horas quedan para que doña Tecla ponga sus pies en su nuevo cole, el de los mayores. El miércoles empieza a las 9 su nueva etapa en la vida. Y a las doce y media/una podremos pasar a recogerla. Su horario será siempre durante este curso de 9 a 5 excepto los miércoles y viernes que será, siempre , de 9 a 12:30/13:00. Buena idea que comiencen el primer día en horario reducido.

No las tengo todas conmigo porque me la conozco y es muy suya. Lo mismo se queda encantada que se pone a llorar y se agarra a mi pierna. Es un nuevo centro, mucho más grande que su guardería, nuevas caras, nuevas normas, nuevos horarios. Y, por primera vez, sin pañal no siendo en su casa, en la que, a pesar de los pesares, siempre cuando se hace pis o caca encima, le decimos: “No pasa nada, lo limpiamos y la próxima vez te saldrá mejor” Creo que tiene bien controlado el pis, de hecho, según se levanta, pide que le quitemos el pañal para ir a hacer pis ella solita. Es más, le hemos hecho tantos aspavientos y aplausos cada vez que lo hace que si de repente la regañamos por algo, su recurso es: “quiero hacer pis”. Sabe poco.

En cualquier caso esto no me preocupa. La tranquilidad que me han proporcionado en el centro con respecto a esto es bárbara. Si se hace algo encima la cambian, las veces que sea necesario. No hay problema con esto. Eso sí, hay que llevar unas cuantas mudas de repuesto.

No tiene uniforme. Algo cero práctico para las madres, especialmente cuando te toca una como la mía que detesta vestirse, peinarse y todo lo que conlleve dejar de jugar. Si a esto añades los dos meses que ha estado “asalvajada”, es decir, sin vestirse apenas, salvo una camiseta y un pantalón para ir a la piscina o la playa, sin peinarse (siempre la llevo con lazos y este verano mi marido me ha pedido encarecidamente que deje a la niña libre sin peinarse con lazos), no me quiero imaginar cómo será el miércoles. Paciencia. Además, en los últimos días, cada vez que la visto o peino me dice: “Parezo una china” A saber qué entenderá ella por parecer una china. Cualquiera sabe pero me queda claro que no es nada positivo a tenor de los llantos que emite mientras lo dice. No tiene uniforme, decía, pero yo se lo pongo. Antes de irnos de vacaciones compramos vaqueros y polos de diferentes colores y unas buenas zapatillas de deporte y así irá al cole. Creo que es lo más práctico y lo más cómodo para todos. Ya lo hice así en la guardería y ella enseguida estableció la relación de esa ropa con el cole. Este año le variaré, para que no sea la única diferente, los colores.

Una de las cosas que me alivia de que empiece el cole es la comida. No es ninguna novedad afirmar que mi hija come de maravilla en el colegio, regular en casa y directamente no come si es en casa de los abuelos. A mayor nivel intensidad de mimos permitidos y dados, menor apetito tiene la muchacha. Tengo ganas de un poco de orden, la verdad. Los niños, como los adultos, necesitan espacios de máxima libertad y expansión de vez en cuando. Nosotros eso lo llevamos a rajatabla. De lunes a viernes soy Rotenmaier con los horarios pero sábados, domingos, festivos y vacaciones no me importa si no duerme la siesta o se acuesta a las doce de la noche. Creo que todos tenemos que acostumbrarnos, mayores y pequeños, a una estricta rutina para apreciar luego el placer de romperla. Eso sí, la semana pasada, como método de entrenamiento después de tanto “salvajismo” las acosté a las dos a las 20:00. Con Mofletes Prietos no hay problema, ella sola pide cama. Cuando le doy el puré de la noche siempre se restriega la cara del sueño que tiene (y eso que cena a las 19:30). El problema es con doña tecla que, muy en su lógica protesta diciendo. “no es la noooooooche”” No importa, se ha ido igualmente a dormir.

Quizás lo único que me preocupe de la nueva etapa es que ya no quiere dormir nunca la siesta y en el cole la tiene obligatoria. Y prefiero porque nos hemos cambiado de casa y estamos lejísimo del nuevo cole (casi una hora en coche) y no me gustaría que se quedara dormida cada tarde volviendo a eso de las 17:30 porque sería terrorífico para luego despertarla y volverla a dormir a las 20:00 de nuevo. Y me queda clara una cosa. Si no se duerme a las 20, 20:30 (con la prórroga de los cuentos y el quiero agua) al día siguiente va como una zombie si se despierta a las 7:30 que es a la hora que imagino que tendré que despertarla.

Así que ya os contaré qué tal. La verdad es que la vida pasa rapidísimo. Parece que fue ayer el septiembre que nació y comenzó toda esta aventura.

Y vosotras, ¿cuándo empezáis y cómo os organizáis? Contadme

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