Japón es un archipiélago compuesto por 6.852 islas. El Área del Gran Tokio en la isla de Honshū, donde está la ciudad de Tokio, capital de facto de la nación, es la mayor área metropolitana del mundo, con más de treinta millones de residentes. Y a su vez, Tokio, la capital, es la ciudad más grande del mundo en cuanto a extensión. El llamado país del sol naciente, ha aportado mucho más que japoneses. Ha transmitido una cultura popular muy característica y arraigada. Una cultura japonesa que ha evolucionado de manera considerable en los últimos años, desde que el país original de la cultura Jōmon hasta su cultura contemporánea actual, que combina las influencias de Asia, Europa y Estados Unidos.
Las artes, son un fiel reflejo de esa transmisión de conocimiento, sobre todo, las tradicionales en las que se incluyen la artesanía (ikebana, origami, ukiyo-e, muñecos, lacas, alfarería), actuaciones (bunraku, Kabuki, Noh, rakugo), tradiciones (ceremonia del té, Budō, la arquitectura, los jardines, las espadas) y la gastronomía. Y añadiría el Manga. El determinante y diferenciado cómic nipón.
El artista y dibujante italiano Igort, con su dos series de Cuadernos japoneses: Un viaje por el imperio de los signos y El vagabundo del manga (Salamandra graphic). Nos muestra y nos adentra en esa cultura tan característica. Gran admirador de el magnífico Jiro Taniguchi, en estos dos libros nos ofrece un viaje sin igual, combinando la estética del manga, junto a las fotografías tomadas de lugares de ensueño y perdidos del país, todo con un toque de elegancia y quietud como los dibujos de Taniguchi. En un inmenso canto a lo más alto de la condición humana y que nos hacen partícipes de una infinita ternura, admiración, compasión y respeto por todo lo existente.
Igort muestra su visión intima a modo de viaje tanto interior como exterior del Japón. Un país que conoció en el curso de sus numerosos viajes al archipiélago durante los años que trabajó para su industria editorial, siendo el primer dibujante occidental e italiano en trabajar directamente en ella. Para así hacer un homenaje a la belleza y a su cultura, mediante un recorrido que lo llevó a reflexionar sobre su cultura y a indagar, con una apariencia onírica y metafórica, en la influencia que ésta ha tenido en su vida.
Sin una dirección clara y con la ayuda de un guía amigo, abre una puerta al azar, para dar la bienvenida a lo inimaginable, a sentir lo que tiene a su alrededor y transmitirlo de una forma sencilla, clara y elegante, a través de su trazo que hunde en las raíces y en la rica tradición del grabado japonés, y de una paleta de colores sosegada que acompaña con absoluto dominio de los recursos gráficos, y acerca a un lector que se podrá sentir en la calma más absoluta y totalmente conectado con la obra.
Igort, embriagado por los antiguos grabados japoneses, entra en ese mundo de signos aparentemente simples que ocultan una sabiduría misteriosa. Transmite ese amor por esas personas, irónicas y ligeras, pero dedicadas a trabajar con un rigor que nunca antes había visto. Muestra en los cuadernos, una belleza antigua cargada de melancolía que se mezcla con casas de madera y papel de arroz, evocando un pasado perdido. Un viajar para descubrir la cultura y el alma japonesas: un ensayo diseñado para las jóvenes generaciones de fanáticos y amantes de los buenos cómics. Y porqué no, para los padres curiosos de saber el por qué la imaginación del país del sol naciente puede llegar a fascinar.
En un viaje al hogar del Manga y Anime, a la fábrica de sueños y dibujos animados más grande del mundo. Pero también una exploración que, a partir de la industria de la narración dibujada, cuenta toda la cultura, filosofía, sentido de la belleza y estilos de vida del Japón. Un país de extremos opuestos, donde coexisten la expectativa y el silencio, los delicados gestos de la ceremonia del té, la brutal violencia de las pandillas Yakuza, la triste historia del asesino amante Abe Sada, la dureza, la melancolía y la poesía de los cómics Gekiga. Para descubrir un Japón moderno, síntesis ruidosa y magnífica de una proyección de la fantasía, o el Japón antiguo, en busca del misterio que se oculta en el silencio.
En definitiva, Igort crea un manga que relata con un lenguaje moderno toda esa contemplación que capta el espíritu de los maestros antiguos, Hiroshige, Hokusai, Hkkei, Toyokuni II, de los grandes paisajistas. Un relato visual inmerso en la belleza, para dejarse llevar, para estar donde al ego no le gusta estar, para fluir como un riachuelo escondido entre bambúes, rozando las formas sin dejarse atrapar.
Cuadernos japoneses: Un viaje por el imperio de los signos (2016) y El vagabundo del manga (2018) // Salamandra graphic// Igort // 25 euros // 22.50 euros
