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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

Entrevista a Cristina Lafiandra de Ediciones Infinito

Entrevista a Cristina Lafiandra de Ediciones Infinito
Pablo Delgado el

“Un libro bien diseñado con una buena puesta en página
y una buena tipografía duplica el placer de ser leído”.

Desde Argentina con una gran tradición en el campo del diseño se encuentra Ediciones Infinito, la editorial especializada en Arquitectura, Diseño y Artes Visuales que ha cumplido 60 años. Una editorial que desde diciembre de 1954, los arquitectos Leonardo Aizemberg, Eduardo Aubone, Jorge Enrique Hardoy, Carlos A. Méndez Mosquera y José A. Rey Pastor la fundasen, ha ido brindando al público de habla hispana textos inéditos en español referidos a la arquitectura, el diseño y las artes visuales.

En 1996 Carlos A. Méndez Mosquera, profesor universitario, arquitecto y diseñador, queda como único director de la editorial a partir del fallecimiento de sus socios. En el año 1999 incorpora como socia a su mujer, la publicitaria Cristina Lafiandra, quién después del fallecimiento de Méndez Mosquera en 2009, se convierte en la única directora editorial de Ediciones Infinito.

En primer lugar enhorabuena por esos 60 años de labor editorial, que no son pocos, sobre todo después de vivir toda esta reconversión del sector por la revolución digital.
Muchas gracias.

¿Cómo han vivido desde el punto de vista editorial toda esta crisis que estamos sufriendo en Europa y concretamente en España?
De Europa solo vendemos nuestros libros en España. Las ventas bajaron mucho en un primer momento, ahora siento que estamos empezando a mejorar.

Y en Argentina ¿cómo se encuentra el panorama editorial?
El panorama editorial para una editorial pequeña y tan especializada como la nuestra siempre ha sido difícil por supuesto, la atomización del 50% del mercado en manos de Planeta y Random House nos afecta a todos, especialmente en librerías donde el espacio está cada vez mas captado por ellos.

Por lo que he leído lleva unos quince años al frente de la editorial por circunstancias personales que la han empujado a ello. ¿Quiénes forman la editorial actualmente?
En realidad hace unos 17 años que estoy en la editorial pero me ocupaba del marketing y la comercialización especialmente, dado mi origen Publicitario era lo que mejor sabía hacer. Con la muerte de mi marido en el 2009, quien era el fundador y editor, pasé a tomar el control de la editorial. Hoy tengo un equipo básico de una persona en ventas y un diseñador, el resto es contratado especialmente para cada edición.

¿Qué proceso se sigue a la hora de editar un título? ¿Qué debe tener un texto para que lo publiquen? ¿Qué grado de implicación tiene el editor y el autor a la hora de la composición de la obra?
Cada título es distinto. Se puede comprar los derechos de un libro y trabajar solo en la traducción, a veces trabajamos en la traducción y el diseño, otras veces el autor ya trae el libro terminado, en otras ocasiones comenzamos desde el principio seleccionando material y completando todo el proceso… Como le decía: todos los títulos son distintos, por lo menos en nuestra editorial. Trabajamos mucho en conjunto con el autor, quizás porque tratamos con arquitectos y diseñadores. Muchas veces, el mismo autor es diseñador y diseña su propio libro, esto es fantástico porque le da un plus.

¿Cómo definiría el oficio de editor?
El editor es un romántico, un creativo, casi un soñador. Siempre pensamos que este último libro que estamos haciendo es un ser vivo que va a interactuar con el público, lo va a ayudar, lo va a seducir.

¿Y usted cómo se define dentro de la edición?
Soy una romántica, creativa, soñadora y optimista.

¿Tiene un título del que esté más orgullosa?
El último: “Diseño gráfico argentino en el siglo XX” de Carlos A. Méndez Mosquera que era mi marido y uno de los fundadores de la editorial. Hace mucho tiempo que lo estoy pensando. No había mucho escrito por él, porque más bien lo suyo era la palabra. Por lo que tomamos una clase de él -que era profesor titular de Historia del Diseño en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU)- la desgrabamos, la corregimos, la ilustramos con las diapositivas que él usaba en sus clases y la publicamos dentro de una colección que lanzamos en 2011 llamada “Saber y Comunicar”. Se trata de una colección económica para llegar también a los estudiantes y luchar contra las fotocopias que aquí en la Argentina constituyen un grave problema.

¿Cómo definiría la relación entre los autores?
¿Entre ellos? Y son celosos…

Aristóteles dijo algo así como que “la habilidad para expresar una idea es tan importante como la propia idea”. ¿Qué parte de creatividad y de experiencia necesita un editor para saber que el texto que va a publicar interesará?
Mucha de las dos y eso que nosotros llamamos “olfato”, es decir, conocer el mercado, olerlo, saber lo que va a gustar, tal como sucede con cualquier emprendimiento exitoso.

La edición de libros técnicos es más complicada porque el lector al que se dirige es ‘menor’ en el sentido de demanda. ¿Se deberían editar más títulos para así intentar llegar a un mayor número de lectores?
Claro es correcta su apreciación y coincide con lo que pensé al lanzar la colección Saber y Comunicar: poder editar más libros de tiradas más reducidas y actividades más variadas. La idea es publicar un libro de unas 150 páginas sobre un tema específico que puede ser una conferencia o una clase magistral que dicta un autor y así “comunicar lo que sabe”.

¿Necesitamos concienciar a la sociedad de que adquiera una cultura visual completa y con capacidad de análisis y reflexión?
Sí y de formar una biblioteca, algo que está cayendo en el olvido. No estoy en contra de consultar en internet, que es fantástico. Pero ante una duda o un recuerdo  poder recurrir a la biblioteca y tirarse en un sillón a leer algo, reflexionar sobre ello, es un placer inigualable que se está perdiendo porque de la otra manera, la electrónica, la información nos bombardea y nos distrae.

¿Hacen falta autores profesionales que transmitan sus conocimientos? ¿Por qué siempre regresamos a los clásicos?
Una buena pregunta que me hace pensar… Sí, se necesitan más profesionales que transmitan sus conocimientos. Pero en el caso de los libros que publicamos nosotros los autores trabajan o enseñan o las dos cosas y no tienen tiempo para escribir. Regresamos a los clásicos quizás por falta de confianza en los nuevos. Mis libros más vendidos son los de Le Corbusier, especialmente en España, porque saben que con esos no se equivocan. También cuando regalan. Se regalan muchos libros por suerte, una buena costumbre.

¿La diferenciación reside en ediciones más caras o más económicas?
Para una editorial como Infinito las más caras son imposibles de hacer sin un sponsor, pues tendríamos que venderlas a un precio demasiado alto. Esos lujos se los puede dar Tachen que imprime miles de libros en diferentes idiomas, lo cual abarata el precio final. Nosotros tenemos que ser muy creativos en lo que publicamos y en cómo lo hacemos para no encarecer el precio final.

¿Es la política editorial lo que define el tipo de editorial, qué se es o se quiere ser? ¿Cuál es el enfoque u orientación que desde un principio rige su posición en el mercado?
Ediciones Infinito hace 60 años que hace Arquitectura, Diseño y Artes Visuales. Es muy difícil salirse de ese nicho. Las pocas veces que lo hemos hecho, no nos ha ido bien.

¿Cuál es su lector tipo?
Arquitectos, diseñadores, artistas y alumnos de esas especialidades. Todavía me encuentro con profesionales reconocidos que me dicen “yo hice mi carrera estudiando con los libros de Infinito”. Es un gran placer oír cosas como éstas, aun para mí que soy tan sólo una pequeña parte.

En lo relativo al diseño, ¿cómo valoran el trabajo del diseño español?
Mea culpa, no conozco mucho sobre el diseño español. Sí conozco el trabajo de muchos diseñadores argentinos que trabajan en el mercado español. Más bien estamos influenciados por los ingleses y los norteamericanos.

¿Tiene alguna referencia o influencia en el campo del diseño y la arquitectura?
Todos nuestros autores son reconocidísimos en sus campos, ellos son mi influencia y mi referencia.

 ¿Cómo es el buen diseño y qué responsabilidad tienen los diseñadores a la hora de publicar su trabajo?
Como dije antes, tienen mucha responsabilidad. No podría publicar algo si al autor no le gustara la tapa, la tipografía o el layout que usamos. Trabajo codo a codo con los autores, me interesa mucho su opinión. El libro tiene que pelear en las librerías, las tapas tienen que ser muy llamativas. Un libro bien diseñado con una buena puesta en página y una buena tipografía duplica el placer de ser leído.

 ¿Tienen departamento propio de diseño? ¿Existe el trabajo con colaboradores en su editorial? ¿Con cuáles se trabaja habitualmente?
Sí, trabajamos con diseñadora propia pero, cuando es necesario, contratamos un equipo externo local que varía según la temática y las necesidades del libro que estemos editando.

Un libro lo podríamos definir físicamente como un conjunto de hojas de papel impresas, unidas por el lomo y dotadas de una cubierta de cartulina, cartón u otros materiales que forman un volumen. ¿Desaparecerá esta forma física que tenemos tan asimilada del libro?
Creo que todavía no. Tenemos papel para varios años más, aunque quizás sea una expresión de deseo…

¿Tiene preferencia: papel o digital?
Papel definitivamente.

¿Y las librerías qué papel juegan?
Un papel importantísimo ya que, si uno no está allí bien expuesto, desaparece. Por eso se hace tan difícil, porque tenemos que competir con los grandes y poderosos grupos editoriales que ocupan mucho espacio físico así como con los ositos de peluche y los DVDs.

¿Qué opinión le merecen los libros de artistas? ¿Es una nueva forma que tendremos de que el libro siga perdurando? ¿Es un nuevo coleccionismo?
Son formas nuevas de editar y me parecen válidas. La mayoría de los resultados son casi piezas de arte. En realidad, son catálogos más sofisticados.

Para terminar, ¿Qué libro está leyendo actualmente? ¿Qué libro de no-ficción recomendaría? ¿Y de ficción?
Leo ficción, ya que la no-ficción la reservo para mi trabajo. Estoy leyendo el último de Pérez Reverte, “Hombres buenos”, releyendo “La señora Dalloway” de Virginia Wolf edición traducida por Borges y “Venganza” de Benjamín Black. Siempre tengo dos o tres empezados. De ficción recomendaría “Los enamoramientos” de Javier Marias, “Zapatos italianos” de Mankell y “Una mujer difícil” de Irving. Estos últimos tienen ya varios años, pero cuando los veo en mi biblioteca y no tengo nada a mano vuelvo a leerlos. Soy un poco ecléctica para la lectura…

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