Es posible que Eguiguren constituya en estos momentos un verso suelto del PSOE, tal como piensan algunos analistas. Pero es posible también que nos encontremos ante el juego del poli malo y del poli bueno, expresión de un internauta en El Correo de hoy. Rubalcaba, el poli malo que asegura mano dura contra ETA, y Eguiguren, el poli bueno que pide la legalización de Batasuna y una nueva negociación.
A favor de la segunda hipótesis, del montaje del poli malo y el poli bueno, está el hecho de que Eguiguren es el mismísimo presidente del PSE-EE y no un cargo secundario y que nada en el PSE ni en el PSOE parece amenazar su privilegiada situación, cosa verdaderamente extraña para un verso suelto en cualquier partido. A favor de esa segunda hipótesis está también la reciente negociación del Gobierno con ETA, con Rubalcaba como uno de sus hombres clave, que se basaba exactamente en la misma estrategia que la de Eguiguren ahora, la de diferenciar ETA de Batasuna, algo así como diferenciar al asesino de su número 2 y negociar con el brazo político, con el número 2. Y a favor de la segunda hipótesis está, por último, el convencimiento de bastantes socialistas de que sólo el fin de ETA podrá salvar políticamente a Zapatero.
Lo único completamente seguro de todo esto es que algunos demócratas, Eguiguren, en este caso, vuelven a dar oxígeno a ETA, mientras la sociedad vasca está tan amenazada como siempre, los ciudadanos tienen miedo y los profesionales y empresarios siguen recibiendo cartas de extorsión con amenazas de muerte. Nuevamente, se ofrece negociación, es decir, justificación a los asesinos, y protagonismo político como si de un partido político democrático se tratara y no una banda de matones.
Última manera de ofrecer negociación política a la banda de matones, las palabras de Eguiguren esta semana: “Es necesario que el lehendakari lidere la situación y se estudien consensos mínimos para cerrar bien esa herida” “porque no basta con acabar con ETA sino que se debe hacer irreversible la vuelta al terrorismo”. ¡Pero cuántas sutiles maneras ofrece nuestra lengua para disfrazar las concesiones políticas a los asesinos!
ETA
