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Blogs El blog de Edurne Uriarte por Edurne Uriarte

Naomi Campbell y la doble moral social

Edurne Uriarte el

O la triple, o la cuádruple, o la quíntuple moral social. Multiplíquese por lo que a cada uno le parezca. Y es que siempre me sorprende lo flexibles y volubles que somos los ciudadanos con los comportamientos poco éticos. A unos les aplicamos mano dura, a otros, más bien blanda, y a unos cuantos les toleramos todo.

 

 

Coinciden dos casos de comportamientos cuestionables estos días, con muy diferente final, o, al menos, con lo que yo pronostico como muy diferente final. Por un lado, Mark Hurd, el primer ejecutivo de Hewlett-Packard, que ha sido pillado por su empresa en un comportamiento irregular y puesto inmediatamente de patitas en la calle. Bien es verdad que con la indemnización que ya tenía firmada de varios millones, pero en la calle. Debido a los 20.000 euros de cenas íntimas con una señora que cargó a la empresa. Ashelee Vance contaba los detalles en The New York Times, “Boss´s Stumble May Also Trip Hewlett-Packard” (www.nytimes.com). Muy especialmente el detalle de que la señora en cuestión, con un currículo de películas eróticas y participación en concursos televisivos de dudoso gusto, había sido contratada por el propio Hurd para algo así como consultora de relaciones con los clientes.

 

Y relato todo lo anterior porque el final de Hurd es lo esperable desde los estándares éticos que se supone defendemos en las sociedades democráticas. No así lo que yo auguro como futuro halagüeño para Naomi Campbell, a pesar de que la acusación que pesa sobre ella es infinitamente más grave que la de Hurd. La acusación de haber aceptado diamantes, los llamados diamantes de sangre por su financiación de asesinatos masivos, de Charles Taylor, el expresidente liberiano juzgado por múltiples asesinatos en La Haya. Una acusación sobradamente probada por los testimonios de los testigos y por las propias declaraciones de Campbell.

 

Y, sin embargo, no albergo ninguna duda de que Campbell seguirá siendo estrella de los medios de comunicación exactamente igual que antes, que continuará firmando todos los contratos habidos y por haber y que su comportamiento no le acarreará ningún problema laboral. Tampoco de imagen. Y, por supuesto, nadie se preguntará, nadie lo ha hecho hasta ahora, a cambio de qué le fueron entregados los diamantes. Ni siquiera descarto que la cosa aún sea peor o que su cotización suba debido a la publicidad conseguida con el caso.

Corrupción
Edurne Uriarte el

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