Ningún independentista calculó esto jamás, que el patriotismo español iba a inundar Barcelona, que el dÃa de su gran resurrección se producirÃa precisamente en esta ciudad. Porque hoy se ha producido el gran estallido de un patriotismo español que existÃa pero estaba oculto y en silencio. El pasado martes escribà en ABC papel que el 1-O serÃa al patriotismo español lo que el 15-M al movimiento de los indignados de la extrema izquierda. Y se ha confirmado hoy.
El patriotismo español ha ganado al independentismo en la calle, su gran asignatura pendiente desde el inicio de la Transición, y allà donde es más difÃcil, en el corazón del nacionalismo catalán. Y con ese estallido ha dado un giro a la crisis independentista. A partir de ahora, los golpistas no sólo tendrán enfrente la ley, la voluntad del Gobierno de la nación, la fuga de empresas y el desastre económico, también se encontrarán con una España movilizada en favor de la unidad y de la Constitución.
Si los golpistas prosiguen su locura, el Estado tendrá de su lado la legitimación de la calle para actuar, esa legitimación fundamental para una eventual aplicación del artÃculo 155 y que Rajoy necesitaba, en contra del criterio de quienes le urgÃan a ponerlo en marcha antes de tiempo.
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