El referéndum ilegal se acerca, por mucho que algunos insistan en creer que el problema se resolverá solo, que los nacionalistas renunciarán, o que a alguien se le ocurrirá una solución mágica perfecta para todo el mundo.
Nada de eso, por supuesto, como han vuelto a ratificar Puigdemont, Junqueras y compañÃa. Ellos siguen adelante y hay sobradas razones para la preocupación y también para el miedo al que se referÃa Puigdemont (¿Miedo al referéndum?http://www.abc.es/opinion/abci-miedo-referendum-201707051651_noticia.html) Lo más sorprendente en las últimas horas no es que los independentistas confirmen el propósito anunciado desde hace mucho tiempo. Lo más sorprendente, o interesante, está en la reacción de los españoles.
El Confidencial ha publicado hoy la segunda parte de la encuesta del Instituto Dym con las opiniones de los españoles sobre las posibles medidas del Estado frente al http://www.elconfidencial.com/espana/2017-07-05/encuesta-dym-40-espanoles-suspension-autonomia-cataluna-si-hay-referendum_1409218/referéndum ilegal. Con dos datos muy llamativos. El primero, el elevado porcentaje de españoles, un 40%, favorable a la aplicación del artÃculo 155. Cierto que son mayorÃa los desfavorables, un 47%, pero dada la mala imagen del artÃculo 155, el dato más significativo es, sin duda alguna, ese 40%.
Y muy interesante también, el elevado porcentaje de favorables al 155 entre los votantes del PSOE, un 43,5% frente al 45,6%. A lo que hay que sumar una mayorÃa de españoles partidaria de que el Estado no permita la celebración del referéndum, abrumadora entre los votantes del PP y de C’s, pero también mayoritaria entre los votantes socialistas.
Si en un clima polÃtico como el español donde la corrección polÃtica está siempre en el diálogo con los nacionalistas los ciudadanos muestran estos elevados porcentajes de partidarios de la aplicación estricta de la ley, el Gobierno y los partidos polÃticos deberán medir muy bien las consecuencias de sus decisiones, no vaya a ser que beneficien una vez más a los nacionalistas pero enfaden, quizá más que nunca, a todos los demás .
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