Albert Rivera está en plena ola de éxito, es el chico de moda de la política, y lo seguirá siendo a corto plazo, basta mirar las encuestas. Pero, ¿y a medio y largo plazo? Es mucho más dudoso. Por su banalidad ideológica y de contenidos que deja perfectamente al descubierto en 6 claves en su artículo de hoy en El País (“Ciudadanos, un proyecto para España“) y en 2 más en su entrevista del número de abril de la revista Telva:
1) Indefinición ideológica: alguien le ha contado lo mismo que llevan anunciando los politólogos desde hace 40 años, que las ideologías están en crisis. Por lo que apuesta por la indefinición; ni de izquierdas ni de derechas sino todo lo contrario, dice en el artículo. Es decir, la nada ideológica. Craso error: la ideología sigue explicando la mayor parte del voto.
2) Populismo anti-partidos políticos: también le han explicado que los partidos están en crisis por lo que afirma sin cortarse un pelo que ellos son antes una plataforma civil que un partido, cuando Ciudadanos funciona exactamente igual que el resto de partidos políticos. Empezando por su liderazgo unipersonal y omnipresente.
3) Incoherencia vital: frente a la política profesional, reivindica “personas que han trabajado en el sector privado y en los servicios públicos, que saben lo que es tener una nómina…”, y lo dice quien es un político profesional prácticamente desde que salió de la Facultad, y con vocación de quedarse ahí para siempre si las urnas se lo permiten.
4) Demagogia electoral: para ganar votos, no pestañea a la hora de equiparar a Zapatero y a Rajoy y de afirmar que la España de Rajoy va a la deriva y sin proyecto frente al que sí tendría Ciudadanos, como si nada hubiera hecho este Gobierno frente a la crisis.
5) Ignorancia política: sus asesores creen que está de moda reivindicar la reforma electoral y Albert lo hace con las habituales simplificaciones sobre el igual valor de cada voto, ¿para dar la mayor parte de la representación, por ejemplo, a Madrid y Barcelona, las más pobladas, y dejar sin representación a las provincias menos pobladas?
6) Miedo a las medidas impopulares: sobre todo, en una de sus principales reivindicaciones, la reforma de la Educación en un sentido meritocrático, cuando Ciudadanos ha permanecido callado y escondido en la reforma popular en ese sentido por miedo a la impopularidad entre los jóvenes.
7) Obsesión por la imagen: Fijémonos en las fotografías de la entrevista de Telva (la de más arriba, entre ellas), en cualquier fotografía, para preguntarnos si tal obsesión es compatible con esa nueva política centrada en el corazón y las verdaderas preocupaciones de los ciudadanos que este partido dice representar.
8) ¿Mentiras?: Albert no dudó en decirme en una entrevista de televisión que él se escribe sus propios discursos, que no los hacen los asesores, cosa que es obviamente imposible dada su agenda como líder político. En la entrevista de Telva prosigue en la misma línea, cuando afirma que gestiona él mismo su cuenta de 200.000 seguidores de Twitter…
Ésta es la Tercera Vía de ¿la autenticidad? ¿La renovación? ¿La verdad?… ¿O de los viejos vicios de la política más tradicional?
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