Diario de un Trail por montaña

Buenos días.

El domingo pasado corrimos el trail organizado por Where is the limit? que como definición podemos decir que son carreras que discurren por terreno natural sin más de un 30% de asfalto como referencia máxima y que suele ser por montañas, desiertos o incluso pistas forestales. Había dos modalidades (12K y de 23K), en este caso por montaña, nosotros decidimos correr el de 23K, y la verdad, a la altura de nuestras expectativas.

No era la primera carrera que hacíamos por montaña, de hecho, creo que si hacemos un recuento total, hemos corrido más por senderos y por montaña que por asfalto y ciudades, así qué, tenemos algo de experiencia para poder analizar con buen criterio la carrera.

En cuanto a la organización, nada que objetar, todo correcto, la bolsa del corredor tenía lo indispensable, camiseta y un gel, no era necesario más puesto que pudimos contar con 3 puestos de avituallamiento donde daban agua, bebida energética e incluso más geles, perfecto en ese sentido.

Era la segunda vez que se realizaba esta prueba en este lugar (Lozoyuela), y seguro que no será la última, el recorrido espectacular, con unos paisajes que te hacían aminorar la marcha para poder disfrutar de ellos, e incluso que te ponían en situación de riesgo cuando intentabas disfrutar de las vistas mientras corrías por estrechos senderos y abruptos caminos repletos de piedras. Ciertamente, un recorrido muy variado.

  

  

La exigencia, grande para el tipo de prueba, con un desnivel total de unos 750 metros positivos y que hacía que muchos corredores tuvieran que afrontar las subidas andando, reconozco que nosotros también tuvimos que completar alguna subida a pie, aunque pocas, todo sea dicho. Y las bajadas, casi para ir volando, eso sí, cuando te dispones a descender en un terreno tan inestable, lo primero que piensas es en no caerte, hay riesgo, pero cuando tienes a un corredor delante y otro detrás, y sabes que si no mantienes el ritmo es muy posible que seas atropellado, lo que experimentas es un subidón de adrenalina y una sensación de estar vivo que hace que no borres la sonrisa de la cara incluso sabiendo el riesgo al que te enfrentas. ¡Una pasada!

   

No nos preparamos mucho el recorrido de la prueba, mal hecho, ni altimetría, ni terreno, nada, pero nos apetecía enfrentarnos a ello y encontrarnos las sorpresas como vinieran, íbamos a disfrutar. Solo habíamos ojeado el tiempo del día, y no fue como estaba anunciado, pero el clima acompañó y en este aspecto, muy cómodo para correr, así que todo perfecto.

Lo cierto es que quedamos muy satisfechos, nos lo pasamos bien, buena organización, buenas sensaciones, disfrutamos de la naturaleza, y por si fuera poco, al llegar a meta, nos premiaban a todos los corredores con un plato de paella, agua y cerveza.

En definitiva, repetiremos experiencia y estaremos muy atentos a los siguientes eventos de WITL.

¡Que paséis buen fin de semana!

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