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Blogs Cosas del cerebro por Pilar Quijada

¿La ansiedad facilita la creatividad?

¿La ansiedad facilita la creatividad?
Pilar Quijada el

Podría ser. Newton o Darwin pensaban constantemente en sus preocupaciones, un “mal” hábito que pudo potenciar su creatividad, según un estudio.

Paul Watzlawick, en su ingeniosa “historia del martillo” mostraba cómo nuestra imaginación puede hacernos ver amenazas donde no las hay. Este psicólogo norteamericano de origen austriaco, uno de los mayores expertos en comunicación, explicaba cómo pensar en exceso con un sesgo negativo, lo que en el argot psicológico se denomina “rumiar”, puede amargarnos la vida.

Es precisamente lo que le pasaba al protagonista de su historia, un hombre que necesitaba un martillo para colgar un cuadro y decidió pedírselo a su vecino. Pero en el camino dejó libre su pesimista imaginación y fue desgranado motivos por los que el vecino no querría prestarle la herramienta que necesitaba. Y como los pensamientos dirigen nuestros sentimientos, cuando el dueño de la casa de al lado abrió la puerta, se encontró una persona enfurecida que sin venir a cuento le gritó: “¡Quédese usted con su martillo, so penco!”.

Esta forma de pensar está en la base del neuroticismo, un rasgo de personalidad que se caracteriza por inestabilidad emocional y que vuelve a quienes lo experimentan más susceptibles a padecer alteraciones como depresión, ansiedad o trastorno de estrés postraumático. Y, como mente y cuerpo van de la mano, parece que también se asocia con un mayor riesgo de diabetes, enfermedad cardiovascular (por el estrés continuo que genera esa forma de ver la vida), así como problemas dermatológicos (piel y cerebro tienen el mismo origen embrionario), respiratorios y gastrointestinales.

No cabe duda de que a la imaginación, “la loca de la casa”, como la denominaba Santa Teresa, de la que se conmemora su V centenario, conviene mantenerla a raya. Y es que, según un artículo de opinión publicado en el último número de “Trends in Cognitive Sciences”, esa imaginación que lleva a ponerse siempre en lo peor y ver amenazas por todas partes es, precisamente, la base del neuroticismo. Se trata de un rasgo que aumenta la tendencia a pensar y sentir de forma negativa la mayor parte del tiempo, y no una sensibilidad excesiva a las amenazas, como propuso en 1970 el psicólogo británico Jeffrey Gray.

Creatividad

Gray llegó a esa conclusión después de observar cómo los fármacos utilizados para tratar la ansiedad reducen la sensibilidad de los roedores a las señales de castigo y también ayudaban a relajarse a los pacientes psiquiátricos. “La teoría de Gray era útil y lógica, pero no tiene en cuenta todo el espectro del neuroticismo, que es bastante difícil de explicar en términos de percepción de amenaza, porque las personas que puntúan alto en este rasgo a menudo se sienten infelices en situaciones donde no hay ninguna amenaza en absoluto”, destaca Perkins. “El segundo problema de esa teoría es que hay datos que muestran que las puntuaciones altas en neuroticismo se correlacionan positivamente con la creatividad. ¿Por qué magnificar las amenazas te hacen tan bueno en obtener nuevas ideas?, se pregunta.

La respuesta está en que rumiar los pensamientos también puede tener su lado positivo. Es el caso de Newton, explica el equipo de Perkins. Al parecer, el padre de la física clásica andaba siempre preocupado por alguna razón. Algo parecido a lo que le ocurría otro “ilustre padre”, en este caso de la teoría de la evolución, el naturalista Charles Darwin. Sin embargo, ambos supieron encauzar su tendencia a ponerse en lo peor en provecho de la Ciencia.

Y al parecer, pudieron hacerlo porque la maquinaria cerebral implicada en generar esos pensamientos negativos alimenta también la creatividad. Por lo que argumentan que el neuroticismo, considerado un rasgo peyorativo de personalidad, tiene también sus beneficios. Aunque, eso sí, a un alto precio. Tanto  Newton como Darwin estaban con frecuencia al borde de un ataque de nervios…

Las ventajas de «estar en Babia»

Esos pensamientos negativos que acompañan al neuroticismo se generan cuando nuestra mente vaga libre, mientras soñamos despiertos, aunque sea de forma pesimista. Y la red neuronal por defecto del cerebro, que se pone en marcha precisamente cuando “estamos en babia”, está también implicada en los procesos de memoria cuando imaginamos, algo que al parecer favorece la génesis de nueva ideas. Sostiene el equipo de Perkins que, al generar pensamientos negativos constantemente, las personas que puntúan alto en neuroticismo, como Newton y Darwin, están entrenando la red neuronal por defecto, que también se sirve de esos pensamientos autogenerados (como las rumiaciones) para producir ideas creativas.

“Tengo constantemente presentes los asuntos que me preocupan y espero hasta que las primeras luces se van abriendo paso lentamente hasta obtener una total claridad”. Así describía Newton su método para resolver los problemas científicos que le preocupaban. Claro que como era la misma forma de dar vuelta a sus problemas personales, su metódica maquinaria generadora de ideas, en este caso amenazantes y negativas, le llevó a sufrir una crisis nerviosa en en 1693, cuando tenía 50 años.

Perkins asisitó a una conferencia del psicólogo Jonathan Smallwood, un destacado experto en la base neural de “soñar despierto”. Smallwood, de la Universidad de York, explicó que las personas sometidas a resonancia magnética que espontáneamente tienen pensamientos particularmente negativos (un marcador clave de neuroticismo) muestran una mayor actividad en las regiones de la corteza prefrontal medial que se asocian con la percepción consciente de la amenaza. Perkins se dio cuenta entonces de que las diferencias individuales en la actividad de estos circuitos cerebrales que rigen pensamiento autogenerado podría ser una explicación causal para el neuroticismo.

Corteza prefrontal

Perkins y Smallwood se unieron con Dean Mobbs, del laboratorio de la Universidad de Columbia. Dobb estudia el miedo y Ansiedad y esun experto en la base neural de la defensa en los seres humanos. Mobbs había demostrado previamente que hay un interruptor cerebral que convierte la ansiedad en pánico ante estímulos amenazantes (como un viaje en avión). Mobbs también había mostrado que este cambio de la ansiedad al pánico está controlado por por una zona de la amígdala, el centro emocional del cerebro.

“Se me ocurrió quienes tienen propensión a los pensamientos autogenerados con tintes negativos, debido a los altos niveles de actividad espontánea en las partes de la corteza prefrontal medial que rigen la percepción consciente de la amenaza, y que además también tienen una tendencia a pasar de la ansiedad al pánico antes que la mayoría de la gente, debido a una alta reactividad en el núcleo basolateral de la amígdala, pueden experimentar intensas emociones negativas, incluso cuando no hay amenaza presente “, señala Perkins. “Esto podría significar que por razones neuronales específicas, las personas con puntuaciones altas en neuroticismo tienen una imaginación muy activa, que actúa como un generador de amenazas incorporado.”

Además de explicar el patrón de rumiación observado en la depresión, la teoría que proponen sirve para explicar también “los aspectos positivos” de neuroticismo. La creatividad de Isaac Newton y otras personas con marcado neuroticismo puede ser simplemente el resultado de su tendencia a detenerse en los problemas mucho más que la mayoría de la gente”, como muy gráficamente explicaba Newton.

“Esperamos que nuestra nueva teoría pueda ayudar a las personas a dar sentido a sus experiencias, y que a pesar de quet ener una alta puntuación en neuroticismo es por definición desagradable, también tiene beneficios creativos”, resalta Perkins.

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