El colegio La Inmaculada Puerta de Hierro se encuentra situado en el distrito de Moncloa, junto a la Universidad Complutense de Madrid. Hasta allí nos desplazamos esta semana para visitar sus instalaciones, conocer a sus equipos y charlar con Daniel Arribas, su coordinador deportivo. Este centro debutó la temporada pasada en los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas de Madrid (ECM) con equipos de fútbol sala y baloncesto. Tras varios años participando en los Juegos Deportivos Municipales decidieron dar un cambio y apostar por una competición cuya bandera es la defensa de los valores deportivos.
“Hasta la temporada pasada nosotros competimos en los Juegos Municipales y la verdad es que hemos notado muy rápido la diferencia entre una competición y otra. Todo lo que estamos viviendo es muy positivo y nos alegramos de la decisión que tomamos. Lo que buscábamos era una competición mejor organizada, un calendario de partidos más amplio e instalaciones de mejor calidad, pero, sin duda, lo que más me llamó la atención cuando pedí información fue la atención personalizada de la organización, la resolución de problemas con mucha facilidad y la manera que tienen de involucrarse contigo para cualquier cosa que necesitas”, explica Daniel.
Tres equipos de fútbol sala han inscrito en la XXXVI edición de los Juegos Deportivos de ECM, pero también tienen equipos de baloncesto y de voleibol. “Uno de nuestros objetivos es buscar el crecimiento año a año. Desde la pandemia esto lo hemos cumplido, pero queremos seguir creciendo en el número de alumnos que participan en nuestras actividades”, asegura. Para conseguirlo, todos sus delegados tienen el título de entrenador o el de monitor de tiempo libre. “Nos gusta que todos nuestros delegados sean titulados para poder impartir una formación de calidad. Además, priorizamos que sean alumnos del centro o que hayan vivido la experiencia deportiva en algún centro similar al nuestro”, expone.
En cuanto a la decisión de cambiar la competición Municipal por la que organiza ECM, el coordinador deportivo y profesor del centro lo tiene claro: “El motivo principal por el cual elegimos la competición de Escuelas Católicas es porque esta competición defiende los mismos valores que desde el centro intentamos inculcar a nuestros alumnos. Para nosotros este es un tema muy importante y que vemos reflejado en los partidos del fin de semana. La mayoría de los colegios que participan en esta competición tienen este mismo objetivo. Buscamos una competición sana, en la que nos ayudamos unos a otros, defendemos los valores que la práctica deportiva aporta a nuestros jugadores y que desde la organización se esfuerzan por preservar”.
Para conseguir sus objetivos, el equipo de entrenadores junto al equipo directivo tiene marcada una línea de actuación: “Nosotros trabajamos con una formación continua desde que los alumnos entran por la puerta del colegio hasta que se van después de haber practicado deporte con nosotros. Nos gusta realizar actividades dinámicas en las que se recalca la importancia de los valores que forjan un verdadero equipo, por encima de objetivos deportivos. Este es nuestro segundo año en la competición y lo que buscamos es crear vínculos entre compañeros y un espíritu de trabajo compartido que saque lo mejor de nuestros alumnos y deportistas”.
Se podría decir que La Inmaculada Puerta de Hierro es un recién llegado, pues lo hizo el curso pasado. Sin embargo, en sus instalaciones se respira deporte, ganas de seguir creciendo y apostando por la práctica deportiva. “La temporada pasada, en la que debutamos, fue un gran éxito y para nosotros fue un premio que todos los alumnos que comenzaron en la actividad a principio de curso llegaran hasta final de la temporada. Casi no tuvimos bajas y la mayoría han querido repetir este año. Buscamos ese espíritu de pertenencia a los equipos del colegio y que año tras años los alumnos quieran seguir jugando con nosotros. Que ellos mismos, hablando con los compañeros de clase y contando las distintas experiencias vividas, atraigan a más alumnos”, explica.
Además de profesor, coordinador de deportes y delegado, Daniel se ha sumergido de lleno esta temporada en el mundo del arbitraje. Durante el mes de octubre realizó los cursos de formación que cada año ofrece el departamento de Deporte Escolar y Valores de ECM y hace tres fines de semana arbitró su primer encuentro oficial.
“La experiencia como árbitro está siendo muy positiva. Cada jornada que pasa me siento mucho más seguro de las decisiones que tomo y estoy deseando que lleguen los sábados para volver a ponerme el chándal de Escuelas Católicas. Además, esta nueva experiencia me está aportando una visión diferente del fútbol sala. Los entrenadores vemos los partidos desde la banda y siempre defendiendo unos colores. Sin embargo, ser árbitro nos hace ser más empáticos, ponernos en una situación diferente dentro del terreno de juego y, en muy poco tiempo, me está aportando una gran experiencia”, asegura.
Un hándicap que tienen los equipos de La Inmaculada es que no pueden jugar en su colegio como locales. Cada fin de semana se tienen que desplazar a otro centro para poder jugar. Sin embargo, la dirección del colegio se encuentra trabajando en este asunto con el objetivo de solventarlo lo antes posible.
“Ahora mismo no poder jugar como locales en nuestro colegio no supone un gran problema para nuestros jugadores ya que no han podido tener la oportunidad todavía de jugar aquí. Todos tenemos interiorizado que cada fin de semana vamos de visita a un colegio diferente, con unas características de campo y de juego distintas, pero sí que es verdad que cuando los escuchas hablar sobre el tema y sobre las obras que estamos realizando se encuentran ansiosos de tener la oportunidad de disputar un partido que no sea de entrenamiento en nuestras instalaciones. Conseguir un campo en nuestro colegio en el que poder disputar los partidos de los sábados sería algo maravilloso”, concluye.
