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Valentino volverá a ser Rossi en 2011

Tomás González-Martín el

 

Es un número uno dentro y fuera de la pista. Su espíritu lleva el liderazgo en la sangre. Lorenzo lo sabe. Y Pedrosa, también. Valentino volverá a ser el campeón de siempre en 2011. Su mentalidad es ganadora. No admite la derrota. Está dolido. No sabe perder con la resignación de los segundones. Las fracturas de tibia y de peroné y le vieja dolencia del hombro le han derrotado esta temporada. Mermado, torcido, ganó en Malasia a Jorge Lorenzo. Y el próximo año volverá a la carga. Solo anhela finalizar el Mundial el 7 de noviembre, en Valencia, para operarse inmediatamente del cartílago que corroe su espalda y atacar una preparación física durante todo el invierno que le ponga a tope en la pretemporada. Tiene un reto conquistar su octavo título de MotoGP con una moto italiana. Igualar la plusmarca de las ocho coronas de Agostini en la cilindrada reina con una Ducati. Ese éxito significará la confirmación de su reinado eterno en este deporte. Todo el país espera ese acontecimiento (menos Agostini). Y Valentino no quiere fallar.

Abordará el objetivo ya con 32 años. Un lastre frente a la juventud insultante de Lorenzo, Pedrosa y Stoner. Por eso ha planificado una puesta a punto de su cuerpo que esté acorde con el rendimiento de la Ducati.

Stoner, que se marchará a Honda, ya ha demostrado este año que la “bala roja” funciona. VR lo sabe, “Il vecchio” asume que debe aprovechar el rendimiento de esta máquina para revolucionar Italia y el mundo de las dos ruedas. Si el VR gana el título con la montura mítica de su país, podrá morirse tranquilo.

Honda, previsora, presentará un equipo con tres pilotos oficiales para impedir la resurrección del emperador: Pedrosa, Stoner y Dovizioso. En Yamaha, Jorge ha dado la voz de alarma. No pueden dormirse en los laureles del triunfo. Renovó por dos años después de exigir una mejoría técnica de su moto, mucho más lenta que la Ducati y la Honda. “Quiero que me presten el mismo apoyo técnico que tuvo Rossi”, le ha dicho a Lin Jarvis, el jefe deportivo de la casa. Todo, por acabar de rematar al campeón que fue el hombre a batir durante una década. El Mundial 2011 será el más apasionante de la historia.  

 Valentino estrenará la Ducati en Valencia el 8 de noviembre

Rossi ya piensa en el Mundial 2011. Ganador en Malasia con la Yamaha, tercero en Australia con la máquina que él sacó de las cenizas en 2004, el italiano solo piensa realmente en Ducati. Es su obsesión. Asolado por las lesiones este año, Valentino llegó a un acuerdo con su actual escudería para retrasar su operación de hombro y acabar el presente campeonato bajo la condición de obtener el permiso para probar su nueva montura en Valencia, el 7 de noviembre, nada más finalizar la temporada más difícil de su carrera. Su lucha “sangrienta” con Jorge en Japón, cuando chocó tres veces con su “compañero” de equipo, tensó la cuerda en el seno de Yamaha. No debe ser ese el comportamiento con un colega que se está jugando en título. Recibió una reprimenda. “Vale” adujo que la baja de Pedrosa había decidido la corona y se arrogó su libertad para atacar sin pensar en nadie. No le gustó la bronca. Pero su continuidad en las pistas, cuando los médicos le aconsejaban pasar ahora por el quirófano, puede conseguir su objetivo: estrenar la bala roja en el circuito de Cheste.

El box de Rossi manifestó en Australia que se subirá a la Ducati dentro de tres semanas. Un permiso que Honda no le concedió en noviembre de 2003 cuando había roto relaciones con HRC para fichar por Yamaha en 2004. En aquel momento quiso cambiar de equipo porque los directivos de Honda decían que la moto era la clave, no el jinete. El “emperador” contestó incluso con ironía en un acto público con sus jefes. “Yo creo que hago algo también”, comentó son sorna. El enfrentamiento era total. Tuvo que esperar hasta el 1 de enero de 2004 para anunciar su salto al “enemigo”.

Ahora, el antagonismo es similar, pero no tan directo. El número 46 ha echado en cara a su marca que le colocara a Lorenzo como escudero. Él, que había desarrollado esta moto con la que Jorge se ha proclamado campeón. Ha dicho claramente que el español se ha aprovechado de su trabajo. Ha criticado a los dirigentes por no valorar su labor durante seis años. “Me han traicionado”. Cuando comprobó que el mallorquín seguiría en la casa, supo que ya no tenía el poder de antaño. No admitió que “Giorgio” era la inversión de presente y de futuro. Por eso no renovó. No aceptó que el número 99 se había ganado el derecho a competir en las mismas condiciones técnicas. El balear ya había rechazado dos ofertas, de Honda y de Ducati, para continuar vestido de blanco y azul. Y ha demostrado que también puede ser campeón.

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