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Simoncelli pega duro en Honda

Tomás González-Martín el

Lorenzo y Rossi presenciaban con preocupación el rendimiento de las Hondas de Stoner y Pedrosa en Malasia cuando Simoncelli entró como un elefante en la cacharrería del “stablisment” del motociclismo.

Marco está dispuesto a hacerle un favor a su amigo Valentino, que observa como las motos oficiales del equipo HRC vuelan demasiado rápido para las Yamaha (Jorge, Spies) y las Ducati (Rossi, Hayden). Simoncelli monta también una Honda oficial, pero no recibe el apoyo técnico inmediato de la casa. Sin esa ayuda, el italiano ha superado los cronos de Dani y de Casey.

De todos. Es su manera de expresar a la fábrica que se merece pertenecer al primer equipo de la marca, que cuenta con Dovizioso como tercer espada. La proyección del “peludo”, de ese hombre que casi mata a Barberá hace dos años con sus trazadas de kamikaze, abrirán el abanico de los podios. Es Valentino quien le enseñó a pilotar al límite del Reglamento. Al borde de la vida (de los demás). “Limonchelo”, el apelativo que define su acritud en el asfalto, clava los codos y las piernas a los rivales. Bautista lo sufrió durante dos años.

Marco lo aprendió de VR, que le enseñó la última lección grabada con sus topetazos sobre Lorenzo el pasado mes de octubre. El número 46 le dejó claro a Simoncelli que para evolucionar en su carrera debía ser agresivo. “Ganar como sea”. Así es como se consigue una máquina puntera si no se tiene la clase de los grandes campeones. Su alumno lo aprendió todo. Cuando iba por los circuitos se escondía de los familiares de Barberá y Bautista, que llevaban su cruz en la mente.

El “acusado” se tapaba detrás de los “motorhome” y de los “hospitality”. No hay mejor ejemplo de su desvergüenza deportiva. Hoy, posee el mejor crono del año. Quiere entrar en la gran pelea con la banda de los cuatro. A “Vale” y a Jorge les puede venir bien para fomentar la batalla interna en Honda. El motociclismo, como la política, presenta extraños matrimonios de conveniencia.

 

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Tomás González-Martín el

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