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Rossi y Lorenzo, opuestos porque son iguales

Tomás González-Martín el

El Mundial de Motociclismo necesitaba que Valentino regresara a un equipo con opciones para que la leyenda no muriera. Rossi hizo patria al fichar por Ducati hace dos años y se perdió en el marasmo de una estructura que no podía competir con Honda o Yamaha. El italiano retornó a Yamaha, el “team” del que se fue en 2010 al no soportar el reinado de Lorenzo. “Vale” reconocía así el error cometido entonces, empapado de orgullo. El hecho de tener que reducir su ficha para pagar a Jorge, el campeón 2010, fue la puntilla de su corazón herido. Hoy vuelve a pilotar la M1 y su victoria en Assen es la demostración de que no está acabado.

Ya es muy mayor para aspirar a la corona. La energía de Lorenzo, Márquez y Pedrosa le superan. Sin embargo, su clase es válida todavía para vencerles en diversas carreras. Ganará asaltos, no el combate total. VR46 volvió a escuchar el himno italiano y la afición mundial disfrutó con él. Carmelo Ezpeleta es feliz, porque Valentino era necesario. Este éxito le dará confianza para luchar por más. Es deseable que el bambino rompa el monopolio español de Jorge, Marc y Dani, en beneficio del espectador universal. La marcha de Stoner hizo daño para consolidar la visión internacional del campeonato y la recuperación de Rossi abre de nuevo el abánico, a la espera de que Crutchlow se sume a los podios habitualmente.

El número 46 celebró su victoria 106. Parece imposible que alcance las 122 de Agostini. Pero alimenta el morbo. Su fiesta tuvo un invitado inesperado: Jorge Lorenzo. Su compañero de Yamaha, su máximo rival interno, también ganó en Assen. Ser quinto 36 horas después de ser operado de una clavícula destrozada tiene un mérito de campeonato. Yamaha ovacionó al mallorquín mientras aplaudía al ítalo. Los dos han firmado las paces después de que Valentino hiciera la vida imposible a Jorge en los años 2008, 2009 y 2010, cuando el español le destronó con una moto creada por el de Urbino. Rossi no le aguantaba porque sabía que era su sustituto. El balear es tan fuerte mentalmente como él. No podía dominarle con sus presiones dialécticas. Lorenzo le contestaba. Y bien. Estaba claro: Valentino quería hundirle porque era como él: un campeón. Los polos opuestos se tocan. Son casi iguales. Campeones.

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