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Blogs Vendiendo Motos por Tomás González-Martín

Márquez, un Valentino con tintes de Pedrosa

Tomás González-Martín el

Es el piloto del futuro. El sucesor de Rossi. Se llama Marc Márquez, acaba de estudiar para sacarse el carné de conducir y auna todas las virtudes de Rossi y de Pedrosa. Cazado por Repsol cuando apenas tenía quince años, verle en los circuitos daba más compasión que miedo.

Era un chavalín que medía “medio metro” y pesaba 42 kilos, como un jockey. Realizados los análisis de crecimiento, los cazatalentos vislumbraron un campeón incrustado en un cuerpo pequeño que explotaría física y técnicamente. La clase ya la poseía. Le faltaba envergadura, centímetros, para exhibirla sobre la moto. Especialmente, frente a los rivales más “pesados”, que le metían el hombro y le sacaban de la trazada en la pelea por los triunfos de la última curva. Pero Marc comenzó a crecer y su calidad se transformò en éxito desde el año pasado. Le empujaban los de siempre y ya no le echaban del asfalto.

Y comenzó “¡a ganar, y a ganar, y a ganar!” como decía Luis Aragonés. Y enseñó una alcurnia, un pilotaje fino, una sabiduria y una agresividad desconocidas. Todas ellas características bañadas en un cava de ambición infinita que le elevaron hasta la consecución del título de 125 centímetros cúbicos. Solo fue el comienzo de una gran amistad con el éxito.

Deprisa, deprisa, como es su proyección, Marc ascendió a Moto2 (600 c.c.) y esta semana ya ha sido el mejor jinete de la cabalgata de reyes en los entrenamientos de Cheste. Ya es el rey de la cilindrada. Copia a Pedrosa en todo. Sube de división y manda. Da miedo. De Dani emula su talento. Lo mejor de Márquez es que su desarrollo físico le va a permitir dominar la máquina de 600 y la futura de 1000 en MotoGP sin problemas de centímetros, el “handicap” eterno de su amigo Pedrosa. Lo bueno de Marc es que tiene el ansia caníbal de victoria de Valentino. Ahí donde le ven, ese chavalito es el genio del futuro. 

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Tomás González-Martín el

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